Frente al consumismo atroz, "alargascencia"
Amigos de la Tierra ofrece una herramienta colaborativa para luchar contra la obsolescencia programada
¿Qué ha pasado con el tráfico de los minerales de sangre durante la pandemia?
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El expolio de recursos del tercer mundo se ve alimentado por el consumismo atroz de occidente. Para plantar cara a la obsolescencia programada que obliga a consumir nuevos recursos ha surgido una nueva corriente: la “alargascencia”.
Adriana Espinosa, responsable de recursos naturales y residuos de Amigos de la Tierra, explica que “actualmente estamos en un modelo de producción y de consumo que prioriza el comprar y tirar, un modelo amparado en una serie de normas que no obligan a las empresas a poner en el mercado productos duraderos o reparables y con un marco legal que lo dificulta muchísimo”.
Con su proyecto “alargascencia” esperan dar la vuelta a esta tendencia y revertir el proceso de obsolescencia de los productos. Se trata, dice, de “una herramienta real y práctica”. A través de su directorio online colaborativo se pueden encontrar más de 1.500 establecimientos repartidos por toda España que se dedican a la reparación, alquiler, venta de segunda mano e incluso trueque de productos.
Espinosa celebra que la iniciativa “está en expansión” y cada vez reciben más muestras de interés por parte de establecimientos y usuarios. Cualquier negocio puede sumarse a aparecer en el mapa interactivo de la web para ser encontrado por los clientes interesados.
Su ayuda para alargar la vida útil de los productos no gusta a los productores, que ven reducido el consumo de sus productos. Con el actual modelo, “los productores se basan en que se te rompa muy rápido el móvil o la tostadora y que lo compres de nuevo”, denuncia la portavoz. Por eso “las grandes empresas se suelen oponer a cambios legislativos que, por ejemplo, las obligarían a cambiar el periodo de garantías de productos o a facilitar los manuales de reparación a entidades independientes”.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha documentado con un estudio las dificultades de los consumidores para reparar sus productos y la velocidad con la que éstos se estropean. “Hay una intencionalidad”, insiste Espinosa. Amigos de la Tierra reclama que las grandes empresas, que no están obligadas por ley a ofrecer sus manuales de reparación a otras entidades, faciliten la reparación de sus productos.