La calle echa... las primeras chispas
Hablamos con el secretario general de UGT y con el portavoz de Facua sobre las concentraciones que han convocado los últimos días por la subida del salario mínimo y contra el encarecimiento de la factura de la luz.
La calle echa... las primeras chispas
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Madrid
El Gobierno empieza a notar el calor de la calle. Y no solo porque estemos en pleno verano. Los sindicatos y las organizaciones de usuarios han convocado en los últimos días concentraciones en toda España contra el encarecimiento disparado de la factura eléctrica y a favor de una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y de la derogación de la reforma laboral. Al mismo tiempo que el Gobierno y los agentes sociales se pronuncian sobre el SMI, con discrepancias internas en el ejecutivo, este mes de julio va camino de convertirse en el mes con la electricidad más cara de la historia.
La media del kWh en lo que llevamos de julio está en 9,1 céntimos de euro, por encima de un mes de junio ya muy caro. De seguir así, el recibo del usuario medio con la tarifa regulada se pondría este mes en los 84 euros, según el modelo de Facua, sin segundas viviendas. 22 euros más cara que hace un año, a pesar de la rebaja temporal del IVA de la luz al 10% y de la suspensión del impuesto a la generación eléctrica. Sin eso, el recibo se situaría por encima de los 90 euros, el más caro de la historia.
Contra este 'tarifazo eléctrico' organizaciones de usuarios como Facua han convocado este jueves casi medio centenar de concentraciones en otras tantas capitales de provincia. Reclaman medidas que abaraten el recibo y un bono social mejorado que cubra al menos la mitad del coste y prohíba los cortes de suministro a las familias vulnerables. A la convocatoria se han sumado la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca, la Alianza contra la Pobreza Energética y el Sindicato de Inquilinos.
Rubén Sánchez, portavoz de Facua, pide al Gobierno que retire de la subasta eléctrica a tecnologías que, considera, provocan un encarecimiento "injusto" del recibo de la luz. "Hay tecnologías, como la nuclear y la hidroeléctrica, que a las que deberían fijarse un precio máximo desde el gobierno de forma periódica", explica Sánchez, quien reclama también un bono para millones de consumidores vulnerables "y no para unos poquitos" y que la bajada del IVA eléctrico sea permanente y no temporal.
En su opinión, el Gobierno puede y debe tomar más medidas. "No se puede ir tan lento en algo que es un problema nacional, sobre todo teniendo en cuenta que estamos viviendo las tarifas más caras de toda la historia", afirma.
Debate sobre el SMI
A las calles también han salido esta semana los sindicatos para reclamar una subida del SIM y la derogación de la reforma laboral. Horas antes de que empezaran las movilizaciones, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, aseguraba en la SER que no es el momento de subirlo. La misma mañana, la vicepresidenta segunda y ministra de Empleo y Economía Social, Yolanda Díaz, reconocía en TVE discrepancias dentro del Gobierno en materia económica y apostaba por incrementar el SMI.
El secretario general de la Unión General de Trabajadores critica la apuesta de Calviño por aplazar la subida salarial hasta que avance la recuperación económica de la pandemia. "No hay ninguna razón para no subir el SMI, ni desde el punto de vista económico ni del empleo. Subir el salario mínimo, crea empleo", asegura Pepe Álvarez. "No se trata de pedir aumentos de salarios desorbitados, se trata sencillamente de que se aplique el factor de deflación que hemos tenido. Estamos casi en el 3% de crecimiento de la inflación, y básicamente en energía y en productos básicos", señala.
Precisamente las concentraciones por la subida salarial y contra la subida del recibo de la luz han coincidido con la publicación del último retrato de la pobreza del Instituto Nacional de Estadística. Según su Encuesta de Condiciones de Vida, la población en riesgo de pobreza aumentó de un 20,7% en 2019 a un 21% en 2020. El informe revela que uno de cada diez españoles no pueden permitirse una temperatura adecuada en su vivienda.