'Pornomarxismo', tierra plana, gran reemplazo y más teorías de la conspiración extendidas en España

Piensen en Bill Gates. ¿Qué ven? Es el confundador de Microsoft, pero seguro que completarían su respuesta diciendo que Bill Gates ya predijo que podíamos vivir una peligrosísima pandemia mundial. Esa descripción sería impecable, pero hay quien ha unido esas dos partes de la biografía de Gates para diseñar una teoría delirante. Le han puesto en el centro de un plan para diseminar el virus, para que cundiera el pánico y que nos dejáramos poner vacunas con microchips que podrían lavarnos el cerebro. Es la teoría de la conspiración que ha estallado con esta pandemia, pero buscar explicaciones fuera de la realidad no es un fenómeno nuevo. "Las teorías de la conspiración hunden sus raíces en teorías de la conspiración de hace décadas e incluso siglos. Cambian los detalles, los protagonistas, pero los cimientos del edificio son los mismos", explica Noel Ceballos, autor de "El pensamiento conspiranoico" (editorial Arpa).

España no es ajena a este fenómeno. Hay conspiranoicos y los datos lo demuestran. La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología acaba de publicar una encuesta y los resultados son muy llamativos: uno de cada cuatro españoles cree "firmemente" que existen "organizaciones secretas que influyen mucho en las decisiones políticas". Josep Lobera coordinó ese estudio y advierte de que hay personas más proclives que otras: "En sociología, identificamos un elemento que es la mentalidad conspirativa. Con la pandemia, nos ha sorprendido ver que nuestro vecino o nuestro amigo está compartiendo esos pensamientos. Son personas que tienen la sensación de que controlan lo que pasa". Lobera reconoce que no siempre hay mala intención detrás de estas personas y recomienda tener presente una amplia gama de grises en las que hay personas que buscan honestamente la verdad, pero tienen problemas para discernir las pruebas y las fuentes.

En España, el Colectivo Resistencia Democrática apoyó las caceroladas de Núñez de Balboa. Muchos manifestantes protestaban por una cuestión ideológica, pero otros lo hacían porque seguían las tesis de este colectivo que protesta contra 'El Nuevo Orden Mundial'. "Creen que hay un nuevo gobierno que está por encima de los gobiernos y que mueve todos los hilos del progreso. Lo que une a estos grupos diversos es la rebeldía contra el sistema y la versión oficial", aclara Ceballos.

El pornomarxismo y el 'gran reemplazo'.

En la Asamblea de Madrid, la diputada de Vox Alicia Rubio mencionó los riesgos del 'pornomarxismo'. El concepto dio lugar a todo tipo de bromas, pero no es una idea inocente. La politóloga Laura Méndez recuerda que es una expresión que se utiliza en 'El Libro Negro de la Izquierda', un ensayo que sostiene que está en marcha una revolución que impulsa "el homosexualismo ideológico y la pedofilia". Para Méndez, el peligro de esta teoría es que se e combina la homofobia con el conspiracionismo. En definitiva, la extrema derecha sostiene que esas minorías históricamente discriminadas son ahora una nueva clase dominante.

La teoría del gran reemplazo es otro de los discursos que está calando en la extrema derecha. Esta teoría nace en Francia y sostiene que las ONGS y la izquierda, con la connivencia de elites liberales, quieren sustituir a la población blanca y europea por personas procedentes de otros continentes. En la práctica - según esta teoría de la conspiración - se pretende sustituir a los europeos por africanos, porque son más sumisos y trabajan más. Andreu Domingo, subdirector del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, lo resume así: "La lucha de clases se sustituye por una lucha de razas".

¿Ha tocado techo la conspiranoia? No lo parece. "Desgraciadamente puede ir a más. Después de la pandemia, se abre un mundo nuevo, un gran salto hacia adelante. En los momentos de incertidumbres, la conspiranoia prospera. Tenemos que estar vigilantes", advierte Ceballos.