El botín económico de los talibanes
El control talibán de Afganistán no es solo un problema político y humanitario. Los grupos más radicales y más peligrosos en materia de terrorismo internacional pasan ahora a controlar un enorme botín económico
El botín económico de los talibanes
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Madrid
El control talibán de Afganistán no es solo un problema político y humanitario. Los grupos más radicales y más peligrosos en materia de terrorismo internacional pasan ahora a controlar un enorme botín económico. Ese dinero puede ser la clave que explique, en primer lugar, la imagen amable que pretenden proyectar. Los talibanes necesitan las ayudas internacionales que mantienen la economía del país en pie.
4.284 millones de euros en transferencias al año
Necesitan reconocimiento internacional porque sólo así se obtiene el dinero de las ayudas internacionales, y ese dinero es, a día de hoy, el 80% de la economía del país. Hablamos de 4.284 millones de euros en transferencias al año, a las que aporta, fundamentalmente, Estados Unidos.
Washington paga en transferencias unos 1.200 millones anuales, casi el triple de los 438 millones que aportan las instituciones europeas, según los últimos datos de la OCDE.
Ese es el "cuánto" se juega en transferencias internacionales, ésa es la importancia de reconocer al régimen talibán como un régimen legítimo, porque sólo así se puede acceder a ayudas que incluyen 104 millones de aportaciones de UNICEF para el cuidado y desarrollo educativo de las niñas.
Afganistán necesita ese dinero porque es el séptimo país más pobre del planeta, sólo por detrás de los más necesitados de África.
El dinero "sucio" del opio
Los talibanes aspiran a controlar ese dinero "limpio" de las ayudas internacionales pero controlan ya otro dinero "sucio", el del opio. Y es muchísimo dinero el que puede financiar al régimen porque Afganistán es, según el anuario de la CIA, el primer productor de opio del planeta.
Según Naciones Unidas, si las ayudas internacionales suponen unos 4.000 millones al año, el opio reporta todavía más: entre 4.100 y 6.600 millones de dólares en el año 2017.
Es tal cantidad de dinero que el 80% de la producción global de opio sale de ese país. Sólo Afganistán, concluye la ONU, puede abastecer de esa droga a todo el planeta.
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Ésa es la cantidad de dinero que ahora van a tener a su disposición los talibanes: hasta 6.600 millones de dólares… un incentivo fundamental para no desmontar las plantaciones.
Es más, tampoco Estados Unidos lo hará. Los acuerdos de Doha, firmados por Donald Trump en febrero de 2020, impiden que Estados Unidos bombardee desde el aire las plantaciones o los laboratorios de opio, heroína, los depósitos de ephedrina o los camiones de transporte. Estados Unidos se ha comprometido por escrito a no atacar esa cadena de producción.
Tercera fuente de ingresos: el comercio
El comercio puede ser el jackpot para los talibanes. Los llamados aranceles informales, en castellano, talibanes con armas en los caminos, cobrando peajes/sobornos por permitir el paso. Eso, según la estimación del Overseas Development Institute, un think-tank especializado en economía informal y comercio, puede suponer otros 2.000 millones de dólares anuales.
Y, lo peor, cuanto más florezcan las rutas de comercio con Irán, Pakistán o China y Rusia, más va a aumentar esa caja. Así que ésta última fuente de ingresos puede ser la gran caja económica de los talibanes.
Conclusión: muchísimo dinero… probablemente insuficiente para regir un país pero esas dos/tres fuentes de ingresos sí pueden financiar actividades ilegales en el país o financiar terrorismo internacional fuera como nunca habíamos visto. Parece sólo cuestión de tiempo.