De la potencia contratada a la impotencia demostrada
Hoy también la luz vuelve a marcar un récord histórico: el tiempo de las explicaciones ha pasado y el tiempo de las soluciones está pasando, y, de momento está pasando de largo
La firma de Pedro Blanco. / VÍDEO: ROBERTO CUADRADO
Madrid
Ya sé que les puede sonar a una especie de letanía veraniega que repetimos cada semana, pero hoy también la luz vuelve a marcar un récord histórico. Podemos volver a las explicaciones ya dadas, al precio del gas, al mercado marginalista, al pool eléctrico... esa lección ya la hemos escuchado, quizá no hayamos llegado a entenderla del todo porque esa es una de las claves del abuso, pero ya la conocemos.
El tiempo de las explicaciones ha pasado y el tiempo de las soluciones está pasando, y, de momento está pasando de largo.
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La factura va a ser este verano obscenamente alta y en el inventario de las armas defensivas tenemos: una rebaja del IVA que ya ha sido absorbida por las subidas de estos meses, un proyecto de ley al que le quedan meses de tramitación para rebajar los beneficios de las eléctricas, una idea vaga para introducir un actor público en el mercado de la energía que tardaría décadas en ser efectivo, una carta de Unidas Podemos con propuestas para limitar los precios de las energías nuclear e hidroeléctrica que apenas ha encontrado eco en sus socios y que, según algunos expertos, tendría alguna dificultad para ser ese bálsamo tarifario que prometen. Mientras tanto, lo único que nos proponen es resignación y tiempo.
Y por si fuera poco, ahora nos dicen que algunas empresas eléctricas han convertido la luz en una bolita y tres cubiletes para cobrarnos más de forma indebida. No sabemos cuáles porque no lo cuentan, pero vaya usted a mirar ahora su factura, a ver si es capaz de descubrir si su empresa es o no de las trileras. Es imposible y por eso ganan siempre, porque nos perdimos hace ya mucho en la maraña del sistema.
Será por el Putin o por el pool, pero aquí estamos describiendo un día más una realidad que no saben o que simplemente no pueden cambiar... la crónica de aquellos placidos días que transcurrieron de la potencia contratada a la impotencia demostrada.