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La pequeña Mace y las cicatrices que le dejaron las fronteras

Un viaje en patera, un engaño de 6.000 euros y una reagrupación difícil. Esta es una historia de cómo las leyes migratorias siguen provocando sufrimiento y pérdidas en tantas familias incluso a este lado de la frontera.

La niña, que llegó sola en una barcaza a Canarias en pleno confinamiento inicia, a los 9 años una nueva etapa de su vida en París, reintegrada con su padre

"No conozco ningún precedente de reintegración de un menor como este", asegura la responsable del área de Menores del gobierno canario, que ha coordinado el traslado con los servicios sociales franceses

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La pequeña Mace y las cicatrices que le dejaron las fronteras

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Madrid

Las fronteras causan heridas y dejan cicatrices. Pueden ser reales, como las provocadas por las concertinas de quienes intentan saltar las vallas, pero también emocionales, como las que genera la muerte de un hijo, una hermana, un padre... 

Mace, de Costa de Marfil, tiene solo 9 años y unas cuantas cicatrices a tan corta edad. Con 7 años perdió a su madre, su única cuidadora, de una muerte fulminante. Se quedó entonces a cargo de sus abuelos maternos, muy mayores ya para tamaña tarea. Y con su padre, Bamba, que vivía en París, no tenía contacto desde que tenía 6 meses. Hasta aquí la historia de una infancia, cuanto menos, compleja, y algunos dirán que rota. Una historia difícil de por sí a la que las leyes de las fronteras han añadido más dolor.

Su padre pagó 6.000 euros para que Mace pudiera reunirse con él

Al quedarse sola en manos de sus abuelos, el padre de Mace empezó a hacer todo lo que estaba en su mano para tenerla a su lado y ofrecerle una vida de oportunidades y esperanza en Francia, donde él sin embargo aún no tenía la residencia, a pesar de llevar tramitándose desde 2012. Desesperado por la imposibilidad de ir él mismo a buscarla a Costa de Marfil, o de conseguir directamente un visado para ella, o de poner en marcha la reagrupación familiar, pero angustiado por las penurias que la pequeña podía estar pasando, Bamba pagó 6.000 euros a una persona que le prometió que la niña viajaría lo antes posible con visado y en avión desde la capital marfileña, Abiyán, a París.

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Fue pasando el tiempo y no hubo avión ni hubo visado, ni hubo oportunidad de esperar a su hija en la terminal de un aeropuerto. Nada de un cómodo viaje de 6 horas y media sobrevolando África Occidental y el sur de Europa. Porque la persona con la que había contactado Bamba era un traficante, que en lugar de cumplir con lo acordado, y a espaldas del padre, llevó a la menor en avión a Marruecos, donde la tuvo nueve meses viviendo con unos desconocidos, y finalmente la embarcó en una playa saharaui en un viaje en patera que duró cuatro días.

Mace llega a Canarias en pleno confinamiento

Y es así como el 30 de marzo de 2020 Mace llegó a la isla de Gran Canaria, en pleno confinamiento de la población por la pandemia del coronavirus. Pensaríamos que justo después la pequeña voló a París para reunirse con su padre, pero tan pronto no podía acabarse esta historia. Mace pasó primero 9 meses de un viaje con desconocidos por media África. Después un año y cuatro meses en las islas en una familia de acogida, colmada de afecto, atenciones, serenidad y estabilidad, y se convirtió en una alumna aventajada de su clase. Y aunque esto nos parezca positivo, consideremos la crueldad de un sistema que impide que una menor en desamparo se reúna con su padre, allá donde esté.

Hasta el mes de julio Mace no ha viajado a Francia para estar con su progenitor. El reencuentro tampoco ha sido fácil, puesto que tantos años separados los han convertido en desconocidos, pero el padre y su nueva familia la han acogido con los brazos abiertos. Porque en esta historia no hay buenos ni malos, solo unas leyes que siguen separando familias. Este sistema no permite la migración real, este sistema causa heridas y cicatrices como estas.

El padre de Mace: "Quería reunirme con mi hija"

"La mamá de Mace murió en mi país, en Costa de Marfil, a inicios de 2019. Para evitar que ella se quedara allí sufriendo me dije que tenía que hacer todo para traerla a mi casa, porque soy su padre, yo no estaba allí, su mamá había muerto, es hija única, los abuelos no podían hacerse cargo de ella y por eso decidí traerla a mi casa", explica Bamba, en una larga conversación con la SER, en la que quiere dar todos los detalles de su historia, "para que me entiendan y para dar las gracias a todos los que han ayudado a mi hija".

Un engaño de 6000 euros y nueve meses: "Pagué 6.000 euros desde Costa de Marfil para que la trajera hasta aquí en Francia con visa y en avión. Pero en el último momento él me engañó y metió a la niña en la patera". Así de contundente comienza el padre de Mace el relato de cómo se fraguó su viaje.

"El traficante con el que me entendí para traerla no me dijo nada del problema Marruecos. Me prometió que conseguiría un visado para enviarla en avión. Después me llamó y me dijo que estaban en Marruecos y le pedí explicaciones. Me decía que no me inquietara, que la niña llegaría en avión. Pero pasaron los meses, el traficante cortó todo contacto y cuatro meses después me volvió a llamar para decirme: "Tu hija está ya en España", y le pregunté: "¿Cómo? Pero si tenía que venir a Francia ¿qué hace en España?", reconstruye indignado por el riesgo que aquel hombre hizo correr a su hija.

Días de travesía con desconocidos

Cuatro días de travesía con 28 desconocidos desdelas costas del Sáhara Occidental La siguiente llamada a su móvil tenía ya prefijo español, "no fue Mace la que me llamó sino la de la mujer viajó en la patera sentada a su lado. Me explicó que al llegar al puerto dijo que no era la madre y se desentendió. Que ella estaba en un centro de mujeres y que Mace estaba en un centro de menores, que las separaron, y que tenía miedo de declarar que había acompañado a Mace por si la acusaban de traficante de niños", cuenta Bamba.

"Nunca aceptaré que hayan puesto en riesgo la vida de mi hija en una barca" "No se conocían, se encontraron en Marruecos. Fue una mujer llamada Awa quien entregó a Mace a esta otra, llamada Mariam y con ella vino a Canarias. Mi problema fue con el traficante. Fue él quien confió mi hija a esa mujer. Nunca aceptaré que hayan puesto en riesgo la vida de mi hija en una barca", repite en varias ocasiones. "Empecé a pensar en cómo hacer para que estuviera conmigo en casa. Francamente no tenía ni idea de dónde estaba exactamente ni de cómo traerla. Me puse en contacto con una trabajadora social aquí en París para que me ayudara a buscar a mi hija en las Islas Canarias y finalmente lo conseguimos. Agradezco a todas las asociaciones, técnicos y a la familia de acogida que ha tenido la niña en Canarias", relata.

"Los Estados no hacen nada para que las familias puedan buscar a sus hijos"

"Las dificultades son muchas. Los Estados no hacen nada para que las familias puedan buscar a sus hijos" "Conocí a la familia del señor Bamba en septiembre de 2019. Estaban en la calle, y como yo trabajo en un centro de día para familias en situación de calle, les ayudamos a encontrar un hogar y tramitar los papeles. Estaban en un hotel de acogida temporal cuando en mayo de 2020 me dijo que su hija había llegado a España y que la quería recuperar". Así comenzaron las gestiones desesperadas de Bamba ante la administración francesa para tratar de recuperar a Mace y así lo narra Aurora Alomar, trabajadora social en el ayuntamiento parisino y clave para que Mace esté hoy en la capital gala.

Esta profesional de origen español no tuvo nada fácil iniciar el proceso. "Me costó mucho encontrarla. Lo único que tenía el padre era un vídeo de la llegada de la niña en patera y un mensaje de la señora que la había traído. Me puse en contacto con un centro de acogida de mujeres y las trabajadoras me dijeron que suponía que la niña estaba en un centro. Llamé a la policía, me enteré de que estaba bajo protección del Gobierno de Canarias y con la ayuda del técnico José Cabrera conseguimos avanzar poco a poco", detalla.

Larga carrera de obstáculos 

Una larga carrera de obstáculos hasta una reagrupación familiar que se ha complicado aun más por la pandemia "Tenía miedo, me decían: -si vas y ella ha venido ilegalmente te van a detener, te puede pasar esto o lo otro-. Pero es mi hija y me dije: -yo lo asumo y me preparo para lo que haga falta-.Me metí en la cabeza que tenía que intentarlo, y me encontré con la asociación (Aldeas Infantiles y con el Gobierno de Canarias, que asumió la tutela de la niña) queme ayudaron en todo. Desde el primer día de mi llegada allí me explicaron todo y me ayudaron mucho, son muy humanos y los felicito por todo", insiste Bamba. Fue en abril de 2021. Por primera vez volvió a ver ala niña cara a cara, allí en Canarias.

"El reencuentro no fue nada fácil. Mace no quería acercarse, me rechazaba. Me pidió que llamáramos al abuelo materno por vídeo a Costa de Marfil y ahí se tranquilizó un poco. Fue duro", recuerda con pesar y explica que tuvo que regresar a París para no perder su trabajo. Un año y nueve meses en el hogar "maravilloso" de Vicky, Iván y sus dos "hermanitas de acogida" Mace y la treintena de niños que llegaron solos desde el confinamiento y en el verano siguiente, fueron declarados en desamparo por el Gobierno canario, competente como todas las comunidades autónomas en materia de menores.

Mace aprendió a hablar español

Al ser tan pequeña -llegó con 8 años-, los técnicos propusieron que se entregase a alguna de las familias de acogida que de manera voluntaria se hacen cargo de menores como ella de forma provisional. Mace llegó a la casa de Vicky e Iván, una joven pareja con mucha experiencia previa en acogimiento que en ese momento tenían ya otra dos pequeñas acogidas. En ese entorno estable, afectuoso, Mace aprendió español a una velocidad que sorprende a sus padres de acogida. Menos de 5 meses después empezó a ir al colegio con su mochila de Piolín a la espalda, y menos dedos meses después se estrenó como "profesora" explicando a los niños de otro colegio su odisea hasta Canarias.

"Su familia de acogida es muy buena. Lo hicieron muy bien, hay que felicitarles. La acogieron muy bien, siempre estaré agradecido. Ella estaba muy bien atendida, en todos los sentidos, comida, alojamiento etc. Pero Mace ahora no está tranquila, sigue dándole vueltas a la cabeza porque no quería venir Francia, aun no me quiere reconocer como su padre. Es la única cosa que me inquieta. No es cosa de ellos sino de mi hija. Porque por muy bien acogida que has estado por una familia, aunque te den todo, no puedes detestar a tu padre. De lado de Vicky e Iván no puedo decir nada, solo agradecerles otra vez todo lo que han hecho por Mace, les felicito, son perfectos. Es por eso por lo que quiero volver allí con Mace para darles las gracias porque también lo han pasado mal con todo esto.

La familia de acogida forma parte de la vida de Mace

Vicky y su marido forman parte ya de la vida de Mace , son su familia también, así que seguiremos en contacto, quiero llevarla el verano próximo de vacaciones, la acompañaré y que esté los 3 meses con ellos. Quiero que vaya de vez en cuando y que sigan en contacto "planea Bamba de cara al verano de 2022.

"No conozco ningún precedente de reintegración de un menor como este" La directora general de Protección de la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias Iratxe Serrano, ha seguido el caso de esta niña marfileña desde el primer día con especial atención, " a pesar de que tenemos una red de acogida sobredimensionada (con más de 2300 menores migrantes no acompañados), y casi con los mismos medios humanos que antes de la crisis migratoria todavía podemos seguir dando respuestas adaptadas a casos como los de Mace" afirma en declaraciones a la SER.

Reintegración exitosa, pero con matices

"Ha sido una reintegración exitosa, pero con matices, porque se ha demorado mucho en el tiempo, demasiado para una niña muy pequeña. Con otra situación sanitaria, sin la pandemia, seguramente lo habríamos hecho antes, el papa habría viajado más a verla, para interactuar con ella, porque no se conocían, pero las circunstancias han sido estas" explica Serrano para contextualizar por qué se ha tardado un año y cuatro meses en juntar a Mace con su padre. A nivel administrativo la hoja de ruta ha sido la de casi siempre: declaración de desamparo, acogimiento y aquí lo nuevo, o lo inédito hasta el caso de Mace, decretar el cese de esta medida de acogimiento para reintegrarla con el padre, "el procedimiento se inició una vez que contactamos con el padre a través de los servicios sociales internacionales.

Le explicamos que estaba bien, en una familia acogedora, que esa media era temporal y que esto pasaba por devolvérsela. Se iniciaron video llamadas para verse y hablar , y llego el momento en el que el papá pudo viajar a Canarias ya partir ahí se aceleró todo un poco más" detalla. "No conozco ningún precedente de reintegración de un menor como este. Aunque hemos iniciado otros dos a posteriori. Cuando sabemos que existen padres los buscamos. El mejor sitio donde puede estar una niña o un niño es con sus padres y buscamos la fórmula, de hacerlo. Ha sido un reto para todos pero primero para ella misma, una niña ir ha viajado sola, que se ha tenido q en enfrentar a la adaptación, a una familia acogedora que no era la suya, algo temporal y al reto de dar ese paso de marcharse con su padre" explica la directora general del ejecutivo delas islas.

Que Mace se adapte a su nueva vida

"Es culminar un proceso, con éxito, y ahora solo cabe esperar que Mase se adapte a su nueva vida, a la vida con su papa, no será sencillo para ella porque viene de estar un año y pico largo con otra familia , en un contexto distinto , y ahora su realidad es otra . Pero no me acabe ninguna duda de que si tiene que estar con alguien ese alguien es con su padre" añade Serrano.

Pone en valor la lucha del padre por recuperar a su hija y la acogida que se le dio mientras en Canarias, "tuvimos mucha suerte con su padre, ha sido muy sensible y muy paciente. El papá al principio quería llevársela de manera inmediata, pero los técnicos le aconsejaron de ir poco a poco, porque no se conocían, Mace no se acordaba de él y tenía que ser muy paciente. Lo demás ha venido dado por el pedazo de familia acogedora que ha tenido Mace. Tuvimos mucha suerte con sus papás de acogida y de sus hermanas de acogida" subraya Serrano. El padre confía "con paciencia" en culminar el proceso de reencuentro con su niña

Mace rechaza su vida en París

La niña sigue rechazando su vida en París, a donde llegó el pasado 12 de julio acompañada por Fabiola y José, dos técnicos del gobierno canario. Aun no ha llamado "Papá" a su padre desde que está en suelo galo e insiste en que quiere volver a las islas. Bamba ha pedido ayuda a los servicios sociales para que le ayuden en este proceso de reencuentro con su hija, "a pesar de todo tengo que tener paciencia, la niña ha sufrido mucho y tiene sus contradicciones después de estar muy bien acogida en Canarias. Ella sabe que soy su padre, pero ahora quiere ignorarlo. Desde Costa de Marfil hablaba con ella por teléfono o con vídeos, incluso en el viaje a través de Marruecos hablábamos cuando el traficante nos lo permitía.

Pero ahora parece haber olvidado a su familia biológica, piensa solo en su familia de acogida, tiene mucha confusión por todo lo que ha vivido, pero confía en que cambiará "de hecho, la niña que sorprendió a los mas veteranos de Salvamento Marítimo y la Cruz Roja al narrar que viajaba sola, sin ningún familiar, en aquella patera con otras 28 personas, declaró nada más pisar el puerto de Arguineguín que su mamá había muerto y que su papá estaba en Francia.

Mace está en un "proceso normal de duelo"

Ahora Mace vive un "proceso normal de duelo" porque ha dejado la casa de Gran Canaria, "pero está donde tiene que estar" dicen los técnicos que han seguido su caso en las islas desde su llegada. Una niña que después de tantos duelos encontró cariño y un hogar en casa de Vicky e Iván, un afecto que ahora su padre se trabaja afondo para poder recuperarla.

"Comprobamos que el padre siempre aportó económicamente a la madre y estuvo pendiente de la niña en su país, al enterarse de la tragedia se quiso hacer cargo de ella, pero un viaje que podría haber sido muy rápido se alargó demasiado, se vinculó a esta familia de acogida y el proceso de reencuentro con su padre se ha complicado y será largo" explica este veterano trabajador social.

El padre tiene contrato, pero su situación en París es irregular

Su colega en París, que sigue en contacto fluido con la familia insiste en explicar el contexto que marca todo este caso, "el problema es que si están en situación irregular no pueden traer al hijo aquí. Y eso es lo que le pasaba a este padre. Están aquí en un limbo, el padre de Mace trabaja con contrato y todo, pero aun es irregular, paga impuestos a Francia, pero sigue siendo irregular.

Es este sistema el que hace que esto pase. El padre tuvo que hacerla venir porque la niña tampoco podía quedarse en África porque su mamá había muerto y los abuelos no se hacían cargo de manera suficiente. Que existan situaciones así, que no tengas manera de hacer venir a la niña, por eso se benefician las mafias.

En marcha otros dos traslados

Él pagó muchísimo dinero para traer a la niña con pasaporte y avión y cuando se enteró que había llegado en patera alucinaba y no se lo podía creer "denuncia Alomar. Esta trabajadora social que a raíz del caso de Bamba y Mace está ahora inmersa en otros dos procesos similares para traer a otros dos pequeños desde Canarias pide a los gobiernos que dejen de complicar los trámites que hacen que tantas familias separadas "las dificultades son muchas. Los Estados no hacen nada para que las familias puedan buscar a sus hijos. Menos mal que estamos las asociaciones para poder ayudar. Imagino que habrá más casos en el futuro y deberían articularse fórmulas para que se les ayude" reclama.

En marcha otros dos traslados a Francia de niños que también llegaron solos a las islas "Siguen viajando niños solos de edades incluso más tempranas que Mace. Ahora tenemos una niña de 3 años, que también llegó sola, y ha aparecido su madre que ha venido a buscarla. La casuística es muy variada. En este caso su mamá ha podido acreditar documentalmente que es su madre y cuando se pueda hay que ponerlas en contacto para recuperen ese vínculo que tenían cuando la niña era muchísimo más pequeña y ya desde ahí reintegrarla" explica la responsable de infancia del gobierno canario. 

"El futuro que quiero para Mace es el colegio y que sonría"

"Continuaré haciendo todo lo que debo hacer como padre, estoy orgulloso de haberla inscrito en el colegio, y espero que pronto ella reconozca que soy su padre", dice apesadumbrado Bamba, que explica que la niña está recibiendo apoyo de una psicóloga y de trabajadores sociales del ayuntamiento de París. El comportamiento de Mace dicen los técnicos "ha mejorado desde que ha comenzado el colegio", el pasado 10 de septiembre, pero "en esa reconstrucción de la relación paterno filial aun queda mucho camino por recorrer". Bamba espera que empiece a cambiar su actitud hacia él, también hacia su actual mujer, su otra hija fruto de esta relación y que se lleve muy bien en el futuro con el que viene en camino porque la madrastra de Mace está embarazada.

"El futuro que quiero para Mace es que vaya al colegio, que sonría, que se diplome y que a partir de ahí ella decida lo que quiere ser. Que tenga una vida feliz, yo le voy a ayudar en todo, con los estudios, lo pagaré todo para que consiga un título, pero que ella elija su oficio. En todo caso voy a hacer todo para que cumpla sus proyectos y ella decidirá su vida".

"Vuelvo a agradecer a toda la gente de las Islas Canarias lo que han hecho por Mace. A Fabiola, José, Camila, a todos los técnicos que han ayudado a que mi hija esté aquí. No puedo dejar de agradecerles. Pienso ir en las vacaciones escolares con Mace a saludarles y a visitar a la familia de acogida, que yo también los considero familia, y que siempre vamos a estar en contacto, les digo que hasta pronto", se despide Bamba.

 
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