¿Hideputa nombre de vino? Ni borracho...
"Hideputa aparece en el diccionario de la RAE en su doble sentido: como insulto y como alabanza. Aunque estas razones son demasiado elevadas para un asunto que es mucho más simple: el libérrimo derecho que tiene un creador a nombrar su producto como le venga en gana, siempre que no pise los límites del Código Penal", la polémica de Isaías Lafuente
Madrid
La Oficina Española de Patentes y Marcas ha negado el registro de la marca de vino Hideputa por considerar que es "contraria a la ley” al ser “una calificación denigratoria y atentatoria a las buenas costumbres”. El oficinista de patentes ha ido más allá que el censor de El Quijote, Antonio de Herrera, que hace cuatro siglos recomendó su impresión al “no hallar en él cosa contra las buenas costumbres”. Ni siquiera en el “hideputa” con que Sancho Panza se refirió laudatoriamente a un vino que le ofrecieron, detalle literario que llevó a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan a solicitar el registro de este nombre.
Este censor del siglo XXI ha dejado patente también su ignorancia, porque hideputa aparece en el diccionario de la RAE en su doble sentido: como insulto y como alabanza. Aunque estas razones son demasiado elevadas para un asunto que es mucho más simple: el libérrimo derecho que tiene un creador a nombrar su producto como le venga en gana, siempre que no pise los límites del Código Penal. Y un vinatero puede llamar a su vino Hideputa, como puede llamarlo De puta madre, o Malafollá, o Tetas de la sacristana, o Cojón de gato, o Vino de Mierda, o Follador, marcas, por cierto, que circulan por España sin que tiemblen las malas costumbres ni los cimientos de la Oficina de Patentes.