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30 años del uso del ADN para resolver crímenes en España: una técnica valiosa pero no infalible

Patricia Peiró y Antonio Alonso, director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, habla en la Ventana sobre el ADN, una técnica que ha servido para resolver incontables crímenes pero que también puede fallar

30 años del primer uso del ADN en un caos penal en España

30 años del primer uso del ADN en un caos penal en España

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Madrid

Identificar a alguien a partir de tan sólo unas muestras de saliva o sangre fue considerado ciencia ficción hasta 1987, cuando estos pequeños restos lograron el ingreso en prisión de un asesino.

El crimen, que ocurrió en el condado de Leicestershire, en Reino Unido, fue el primero que utilizó una nueva técnica desarrollada por el genetista Alec Jeffreys en un caso penal. El británico logró identificar el 0,1% del ADN que difiere en cada ser humano, y supo utilizarlo para identificar, utilizando una segunda muestra, a quién pertenecía.

En este primer caso en Leicestershire, la víctima era una adolescente que había sido violada y asesinada en 1986. La policía supo identificar otro asesinato, varios años antes, muy similar, y trabajaron con la hipótesis de que había sido perpetrado por la misma persona. Las novedosas técnicas de análisis de ADN de Jeffreys probaron dos cosas: que ambas adolescentes habían sido asesinadas por la misma persona y que un hombre que había acudido a la policía para confesar el crimen estaba mintiendo y no era el culpable.

Acotaron el perfil del asesino a un hombre de la zona y de entre 17 y 34 años, lo que les dejó con 4.000 sospechosos. De todos ellos obtuvieron muestras de saliva, y finalmente identificaron y arrestaron a un hombre, que fue declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua.

En España, esta técnica se utilizó en un caso penal por primera vez hace poco más de 30 años, en 1989, con una agresión sexual en Galicia. Tres años después, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) fue el encargado de usarlo, también en un caso de agresión sexual, aunque esta vez la investigación acabó con el acusado exculpado.

Antonio Alonso, el director del INTCF, se ha asomado a La Ventana para hablar de la importancia que tienen estas pruebas hoy en día, que explica han ayudado a resolver “muchísimos” casos.

Los posibles errores de las huellas de ADN

Sin embargo, recuerda, “la ciencia no es infalible y el ADN tampoco, pero es verdad que en el pasado nos ha ayudado a desvelar muchos errores judiciales”. Existe una iniciativa en Estados Unidos, ‘The Innocence Project’, que busca reabrir casos que se cerraron antes de la existencia de las pruebas de ADN. “Llevamos más de 400 personas exoneradas, exculpadas, algunas de ellas pasaron más de 25 años en la cárcel”, explica Alonso. El problema en muchas ocasiones, asegura, es que “el que valora esa prueba no es el científico, es un tribunal, y tenemos que hacer mucho esfuerzo en pedagogía”

Otro caso en el que el ADN jugó un papel fundamental es el doble crimen de Almonte en 2013. Un padre y su hija fueron asesinados, crimen por el que fue inicialmente procesado la pareja de la madre. El análisis forense encontró restos de ADN en una toalla de la escena del crimen, el domicilio familiar, pero no se pudo probar si los restos correspondían al día de los hechos o si eran anteriores.

“Muchas veces cuando analizamos un delito vamos a encontrar huellas de ADN previas al delito que nada tienen que ver”, explica, “a veces es muy difícil asociar esa huella de ADN a qué actividad fue, como consecuencia de una transferencia pasiva o de una actividad delictiva. Es una de las cosas en la que se está trabajando ahora”.

Nuevas técnicas: el proyecto 'Visage'

Igual que hace más de 30 años parecía ciencia ficción el poder identificar a alguien a través de su ADN, ahora se desarrollan nuevas técnicas que podrían, entre otras cosas, revelar el color de pelo y ojos de un sospechoso, si es calvo, su color de piel o si tiene pecas.

El proyecto 'Visage', explica el genetista, “es un proyecto para desarrollar nuevos marcadores. Ahora mismo la mayor parte del ADN que hacemos es por comparación, yo obtengo un perfil, pero ese perfil no me dice nada hasta que lo comparo y hay una coincidencia”.

Esta nueva técnica en desarrollo permitiría “obtener una información predictiva de determinados caracteres de nuestra apariencia física, y con todo eso podemos tener pistas de investigación muy importantes”. De momento, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses realiza, entre pruebas de paternidad y casos penales, más de 36.000 análisis de ADN tradicionales al año, según Alonso.

Paula García

Paula García

Redactora en prácticas en La Ventana desde 2021. Previamente en la Agencia Efe en Madrid y Berlín, Alemania....

 
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