Esclavitud en el Qatar del mundial de fútbol

A falta de un año para que se celebre la Copa Mundial de Fútbol en Qatar, el país está muy lejos de cumplir los compromisos de reforma de su sistema laboral.

Amnistía Internacional denuncia que han resurgido las viejas prácticas abusivas del sistema “kafala” por el cual el empleador es el dueño del trabajador, y que incluye leyes para atar al personal migrante a sus empleadores impidiéndoles salir del país y cambiar de trabajo sin permiso.

La organización inició hace una década la investigación. El portavoz de AI, Estaban Beltrán, asegura que en 2017 hubo algunos cambios legales que podrían garantizar los derechos de los trabajadores migrantes, pero esas reformas se paralizaron hace un año. “La realidad es que sigue su explotación, porque la ley no se está cumpliendo”.

Beltrán describe esa explotación como “una forma de esclavitud”, con prácticas de control sobre el empleado como confiscar sus salarios ganados legalmente para que no pueda salir de la empresa, impedir que encuentre trabajo en otro lugar de Qatar o la expulsión del país. “Esto se ha dado durante mucho tiempo sobre aquellos trabajadores que construían los estadios de fútbol. Ahora se da en los empleados de transporte, de hostelería y en las trabajadoras domésticas en régimen interno”, asegura.

En agosto de 2020 Qatar había aprobado dos leyes para eliminar las restricciones, pero en la práctica sigue habiendo grandes obstáculos para cambiar de trabajo y los trabajadores pueden ser expulsados sumariamente del país si el empleador no queda satisfecho.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Se ha creado un sistema de “impunidad”, dice Beltrán, por la falta de inspecciones y el limitado acceso a la justicia de los afectados. “En el año 2020 se impidió a 42.000 trabajadores migrantes salir del país cuando querían”. Además, se sigue prohibiendo a los trabajadores organizarse para luchar juntos por sus derechos.

Muertes por accidentes laborales

También existe una total impunidad respecto a las muertes relacionadas con accidentes laborales, más de 40.000 en los últimos diez años, según algunas investigaciones.

Hay unos dos millones de trabajadores migrantes en Qatar, “prácticamente toda la fuerza laboral qatarí”, subraya Betrán, en general gente joven de unos cuarenta años, “gente que va muriendo por la falta de seguridad en el trabajo”, asegura.

Suele ocurrir porque no se cumplen las salvaguardas implantadas como los periodos de descanso acordes al clima o al tipo de trabajo desempeñado. Y “no se ha hecho nada por investigar el elevado número de muertes”, critica el portavoz.

Amnistía Internacional pide a las autoridades qataríes medidas urgentes para agilizar el proceso de reforma antes de que sea demasiado tarde e insta a la FIFA, como organizadora de la Copa Mundial de Fútbol, a hacerse responsable e identificar, prevenir, mitigar y reparar los problemas de derechos humanos relacionados con el campeonato.

Beltrán recuerda a las selecciones que “estos trabajadores son los que han construido los estadios donde ellos van a jugar, quienes les van a acompañar, les van a servir comidas, les van a transportar… y estos trabajadores necesitan la solidaridad de los equipos de fútbol y el impulso de la FIFA”. Algunos equipos como el noruego y el sueco ya han utilizado su influencia para poner una presión extra en el Gobierno de Qatar con mensajes en sus camisetas en defensa de los derechos laborales.