Torso: el asesino que derrotó a Eliot Ness
El criminólogo e investigador que encerró a Al Capone no fue capaz de encontrar y detener al asesino en serie
El ascensor (III)
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Hoy viajamos a los duros años 30 norteamericanos, tras producirse el mayor apocalipsis financiero de nuestra historia. El 29 de octubre de 1929, o “el martes negro” la bolsa de Nueva York se desplomó dando comienzo la gran depresión, una crisis económica a escala mundial. Esta crisis financiera golpeó duramente a Estados Unidos: desempleo, hambre, marginación, crimen organizado… Muchos hombres, mujeres y niños dejaron atrás su vida, para vivir en los oscuros, húmedos y peligrosos callejones de la ciudad.
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Era un escenario propicio para ladrones y asesinos, y además la policía de aquellos años no estaba preparada para enfrentarse a un despiadado asesino en serie. Durante cuatro años, un brutal y cruel asesino aterrorizó a la ciudad de Cleveland. De 1934 a 1938, Torso, como lo bautizó la prensa, fue dejando cadáveres desmembrados por diferentes zonas de la ciudad. Muchas de sus víctimas no fueron identificadas porque jamás se encontraron sus cabezas.
Al frente de la investigación estuvo el “intocable” Eliot Ness, el criminólogo e investigador que encerró a Al Capone en prisión. Esta historia casi todo el mundo la conoce… sin embargo pocos conocen que Eliot Ness fue vencido por Torso, un homicida múltiple que jamás fue detenido. Y esa es de la que hemos hablado precisamente en Si amanece nos vamos.
Ness llevó a cabo una brillante investigación a pesar de que la criminología forense en los años 30 estaba muy poco desarrollada y que era la primera vez que la policía moderna se enfrentaba a un asesino múltiple de estas características. Aún se desconocía incluso lo que suponía y significaba ser un asesino en serie, pero Ness no abandonó.
La presión de la sociedad, de la prensa y no obtener ninguna prueba que pudiera demostrar que su sospechoso era el culpable de 12 asesinatos o quizá de 13 acabó con Ness. Pasó de ser un héroe nacional que luchó contra la corrupción política, la corrupción policial y el crimen organizado en Chicago, a ser cuestionado y criticado perdiendo toda su credibilidad. Esta derrota marcó a Ness para siempre, hasta el punto que influyó en su modo de vivir.