A vivir que son dos díasLa píldora de Leila Guerriero
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Este cansancio

"Este cansancio de buenos días, buenas tardes, buenas noches; buenos días, buenas tardes, buenas noches. De Netflix, de HBO Max, de "estás muteado", de "apagá la cámara", de "no tengo buena conexión". Este cansancio que no es culpa de nadie y que es culpa de todos"

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Buenos Aires

Este cansancio, hijo de la costumbre, que no se va con nada. Este cansancio hecho de grumos de tiempo, de pesadez, de comidas que saben siempre igual, de recetas repetidas. De vinos que se beben sin placer, de días que se van como si no hubieran sucedido. Este cansancio instaurado por llamadas telefónicas demasiado largas, demasiado infructuosas, demasiado banales. Este cansancio de buenos días, buenas tardes, buenas noches; buenos días, buenas tardes, buenas noches. De Netflix, de HBO Max, de “estás muteado”, de “apagá la cámara”, de “no tengo buena conexión”. Este cansancio que no es culpa de nadie y que es culpa de todos. Este cansancio como una desidia, como una resaca, como un eco que no debería estar ahí. Porque ¿por qué, si nada es tan terrible ahora? Y sin embargo: este cansancio. Este martirio de cosas jamás recuperadas. De ciudades que todavía quedan demasiado lejos. Este cansancio como un paisaje flojo, un vidrio empañado, un pantano. Que no se aplaca con el sueño, que la vigilia enerva. Este cansancio formado por ausencias y premoniciones. Por libros olvidados. Por películas que ya son demasiado viejas. Por bromas que ya no le hacen gracia a nadie. Por entusiasmos que no duran nada: que caen en picado apenas después de comenzar. Este cansancio hecho de miedo. De poemas buenos que siempre escriben otros. De vileza, de envidia, de tareas repetidas al infinito: lavar los platos, lavar la ropa, lavar los pisos, comprar pescado, comprar verdura, mirarse al espejo, cambiarse los zapatos, acomodar las medias. Este cansancio. Este cansancio como un pozo, edificado sobre meses de una vida extraña y torcida que ya no es una vida extraña y torcida: que es la vida: la única que hay. No busco exaltaciones. Quisiera algo simple. Una felicidad decorosa.

 
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