Devolver es un placer
"Es curioso ver cómo ha evolucionado todo desde que alguien inventó el lema de «Si no le gusta, le devolvemos su dinero». Seguro que lo despidieron hace tiempo. Hay que tener siempre mucho cuidado con la palabras bonitas"
Devolver es un placer
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Galicia
Arrepentirse de comprar algo es un sentimiento común. Te asalta al llevarte cosas que no necesitas, pero que al verlas te hacen desearlas, y tú te rindes. Es un momento de intenso placer. Pero los placeres son por naturaleza fugaces. Duran poquísimo. Han de ser sustituidos por otros. En las sociedades hiperconsumistas, la tradicional solución al fin del placer que producen las compras es seguir comprando. Peligrosa espiral. Pero el mundo gira en direcciones inesperadas, y de pronto, nos encontramos con que convertimos la devolución de las compras en otro placer. Más del cincuenta por ciento de lo que adquirimos on line acabamos dejándolo en las tiendas, recuperando así su coste. Digamos que con un placer, el de comprar, hicimos dos, por la vía de la devolución. Es posible que muy pronto simplemente compremos por el gusto de que nos reembolsen íntegro lo que gastamos. Es curioso ver cómo ha evolucionado todo desde que alguien inventó el lema de «Si no le gusta, le devolvemos su dinero». Seguro que lo despidieron hace tiempo. Hay que tener siempre mucho cuidado con la palabras bonitas.