El recuerdo de Verónica Forqué está muy presente en todos sus amigos a los que aún les cuesta asimilar su pérdida. La actriz se quitaba la vida este lunes en su casa en Madrid. En su sección «Simplemente María» en «Hoy por hoy», María Barranco ha tenido unas palabras llenas de emoción. «Estoy aún que no me lo creo. No he pegado ojo esta noche. Es como si fuera una mala pesadilla», ha dicho al borde de las lágrimas. Barranco ha echado la vista atrás para rememorar sus primeros encuentros: «Nos conocimos a finales de los 80. Rodamos juntos una película, El baile del pato, que dirigía su marido Manuel Iborra. Coincidimos ahí y nos reímos mucho. Así comenzó nuestra gran amistad». «La recuerdo como un ángel, la sonrisa del cine español», ha expresado. La actriz trabajó en varias ocasiones con Forqué: «Ella me dirigió en una obra de teatro de Woody Allen que se llamaba «Adulterios». Era muy dura como directora. Me hizo hasta llorar. Yo tenía que ser muy borde y me daba miedo resultar antipática. Mi personaje tomaba muchos dry martinis e íbamos mucho a la coctelería De Diego y con el texto trabajábamos. En otro momento, María Barranco, no ha podido evitar volver a recordar a su amiga. Ha sido cuando ha sonado la canción interpretada por Ana Belén, «Agapimú». «Si Verónica hubiera escuchado esta canción ayer, seguro que hubiera seguido con nosotras», ha llegado a decir Barranco. La capilla ardiente de la actriz Verónica Forqué, fallecida ayer a los 66 años en Madrid, se instalará este miércoles en el Teatro Español de 11 horas a 16 horas «como se hace con las grandes cómicas del país». Así lo ha anunciado este martes la delegada del área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, quien ha indicado que este «último adiós a la artista» es «una bonita tradición» donde Forqué «interpretó grandes montajes como Doña Rosita la soltera». Forqué, hija del director y productor José María Forqué y de la escritora Carmen Vázquez-Vigo, se estrenó como actriz en el cine en 1972 a la edad de 17 años de edad y en la película de Jaime de Armiñán «Mi querida señorita». No obstante, el éxito le llegó en la década de los años 80, de la mano del cineasta manchego Pedro Almodóvar, con quien dio vida a Cristal en la película «¿Qué he hecho yo para merecer esto?». Ello le abrió la puerta a trabajar con otros reconocidos cineastas españolas en la siguiente década. Así, llegarían importantes papeles en su carrera cinematográfica junto a Fernando Trueba, con «Sé infiel y no mires con quien» o «El año de las luces», con la que obtuvo uno de sus cuatro Premios Goya.