Federico Trillo, abucheado durante la ceremonia de bienvenida de los militares destacados en Irak

Rota

Los familiares de las 569 personas que viajaban a bordo del buque anfibio "Galicia", y de las 200 que llegaban desde el Golfo Pérsico en la fragata "Reina Sofía" recibieron al ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, con abucheos, gritos y pancartas, durante la ceremonia de recepción oficial de la Unidad Conjunta de las Fuerzas Armadas Españolas.

La ceremonia comenzó con puntualidad a las 11.00 horas, y aunque el calor hizo acto de presencia en numerosas ocasiones, los familiares de los militares de la Armada española permanecían con ánimos sobre las gradas, mientras que los recién llegados esperaban también uniformados a que llegara Federico Trillo. Tal es así, que hubo cuatro personas que tuvieron que ser atendidas por una ambulancia, ya que sufrieron desvanecimiento.

No obstante, minutos antes de las 11.00 horas llegaban las autoridades de la zona, entre las que se encontraban el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Maximiliano Vílchez, y el presidente de la Diputación, Francisco González Cabaña.

Nada más anunciar la llegada del ministro, los familiares realizaron una pitada conjunta, a la vez que lo abuchearon cuando pasaba revista, después de que se le rindieran honores con 19 salvas de ordenanza.

Sin embargo, ese ambiente de denuncia se vio incrementado por parte de algunos familiares que esperaban a los soldados cuando "cuatro policías navales se abalanzaron contra nosotros y contra dos chavales por llevar una pancarta contra la guerra y otra pancarta con el nombre de la persona a la que esperábamos". En su relato a los medios de comunicación, la afectada aseguraba que se había sentido "mal" porque a los "otros dos chavales les han pedido su identificación y los han echado fuera de la Base".

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Mientras tanto, un portavoz del Ministerio de Defensa aclaró que los abucheos provenían del colectivo de trabajadores de la Base de Rota.

Tras el desfile militar a paso ligero del batallón de Infantería de Marina del Tercio de la Armada, acompañado por la Banda Tercio Sur, se impusieron las condecoraciones al personal que intervino en el apresamiento del "So San" en la denominada Operación Socotora. El contralmirante Juan Antonio Moreno Susanna recibió la cruz del mérito naval con distintivo blanco, por parte del ministro, para después pasar a la imposición de las condecoraciones con distintivo azul.

LA INTERVENCIÓN DE TRILLO

Durante el acto intervino el ministro de Defensa que aseguró que esta representación española ha "cumplido a la perfección la misión que se os encomendó, de carácter conjunto, amparada por el derecho internacional", dando muestra de la "imparcialidad y generosidad" con que atendieron a los niños, ancianos y embarazadas durante los cuatro meses que han permanecido en el puerto iraquí de Umm Qasr.

Por ello, les dio la bienvenida, y aseguró que el pueblo iraquí "os mantendrá en el recuerdo", a pesar de las penurias como el calor, las tormentas de arena o el riesgo, de las que han salido "con sobresaliente y sin una baja".

Asimismo, Trillo destacó en su discurso que las misiones se "resumen en números que tienen detrás de sí hombres y mujeres de carne y hueso". En concreto, destacó que se han realizado 5.238 asistencias sanitarias, de las que 1.129 son intervenciones quirúrgicas. En cuanto al material distribuido, durante esta campaña de apoyo humanitario se han repartido 152 toneladas de alimento y agua, así como material escolar, 300 palés de material médico y farmacéutico y otras labores.

En este sentido, el ministro agradeció el trabajo de los soldados españoles y "el esfuerzo y abnegación de las familias, con su apoyo incondicional". También tuvo palabras para la Operación Socotora "que ha sido de gran limpieza, eficacia y percepción", y de ahí la condecoración a "26 compañeros".

Tras sus palabras, el representante del Gobierno central visitó el buque "Galicia", mientras que los familiares se fundían en abrazos y besos con los miembros de la dotación militar. Entre los comentarios había quien decía que "ha sido horrible tanto tiempo de espera", hasta "le voy a poner de comer lo que más le gusta, arroz de puchero y acedías", mientras que otros se mostraban indignados porque "no podíamos decir cuándo veníamos de vuelta".

La versión oficial, dicha por los propios militares, sobre el retraso de dos días en la llegada de las embarcaciones procedentes del Golfo Pérsico es que "los motores se han estropeado".