El presidente de Liberia anuncia que dejará el poder el día 11
Para exiliarse a Nigeria
La salida de Charles Taylor, un "señor de la guerra" acusado de crímenes contra la humanidad, es una de las condiciones fundamentales exigidas tanto por la ONU como por los países vecinos para el despliegue de una fuerza de pacificación en el país.
El mandatario liberiano tomó la decisión tras reunirse en su residencia presidencial de Monrovia, la capital del país, con una delegación de alto nivel de la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO).
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Taylor declaró a los periodistas que abandonará el poder "y una nueva persona jurará su cargo en mi lugar", informaron radios locales captadas en Freetown. "Lo más importante es que todo lo que hemos dicho respecto a dimitir y dejar el país va a suceder", agregó.
Taylor, según fuentes diplomáticas africanas, no ha puesto ninguna condición a su retirada, que podría suponer el cese de las hostilidades que han costado en los últimos quince días la vida de más de mil monrovianos atrapados en el fuego cruzado, además de causar miles de heridos y centenares de miles de refugiados.
La salida del poder del mandatario liberiano es un elemento clave del plan de paz para Liberia presentado en Accra, la capital de Ghana, el pasado jueves por los catorce países que integran la CEDEAO y que está fuertemente respaldado por la ONU y Estados Unidos.
El jefe de Estado liberiano, según establece el plan, deberá abandonar el país tras el despliegue de una fuerza de paz que está previsto que llegue a Monrovia el próximo lunes, al menos uno de los dos batallones que Nigeria aportará al contingente de la CEDEAO, que suponen sólo la mitad de los 3.250 efectivos previstos.
Otros cinco países de África Occidental -Senegal, Ghana, Togo, Benín y Mali- han comprometido el resto de las fuerzas que serán desplegadas en las próximas tres semanas.
Dentro del esfuerzo internacional para lograr la paz en la convulsionada Liberia, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el viernes una resolución para el envío de "Cascos Azules" que sustituirán, no más tarde del primero de octubre próximo, a los efectivos de la CEDEAO.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, indicó la pasada semana que su país podría aportar un contingente de unos 2.000 hombres a la misión de la ONU en Liberia, país que fue formado hace unos 180 años por esclavos estadounidenses liberados, de ahí su nombre.
También Bush prometió ayuda para el envío de los efectivos de la CEDEAO, pero sólo "una vez que cesen las hostilidades y Taylor haya salido del país".
El grupo rebelde más importante, Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD), cuyas milicias asedian la capital desde el pasado 18 de julio, insiste en que "Taylor desaparezca del mapa" antes de deponer las armas.
El mismo criterio es mantenido por el Movimiento para la Democracia de Liberia (LURD), segundo grupo insurgente que controla el sur de Liberia y que el lunes pasado ocupó la estratégica ciudad de Buchanan, al sur de la capital.
Ambos grupos controlan en la actualidad casi un 80 por ciento del país, principalmente las regiones del norte y sur.
Taylor, reconocido como "señor de la guerra", asumió el poder al triunfar en las elecciones de 1997, celebradas después de una sangrienta guerra civil lanzada siete años antes por su Frente Patriótico Nacional de Liberación.
En la contienda murieron más de 200.000 personas, centenares de miles huyeron a los países vecinos y el país, entonces uno de los más prósperos de África del Oeste, quedó arruinado.
Taylor es buscado por el Tribunal Especial para los crímenes de guerra en Sierra Leona, respaldado por la ONU, acusado de crímenes contra la humanidad y de crímenes de guerra por el fuerte apoyo prestado a los rebeldes sierraleoneses durante la guerra civil a cambio de tener acceso a los diamantes extraídos en los yacimientos en poder de la rebelión.
Los rebeldes sierraleoneses se caracterizaron por su crueldad al amputar piernas y brazos, labios y orejas a miles de civiles por apoyar al Gobierno, además del secuestro y violación de mujeres y menores.
Se desconoce si las autoridades nigerianas autorizarán la extradición de Taylor a Sierra Leona para ser juzgado por el Tribunal, cuyo fiscal acusador anunció que tiene la intención de comunicarse a este respecto con las autoridades de ese país.