Tres muertos en una nueva jornada de violencia en Basora ante la falta de servicios básicos
La segunda ciudad de Irak soporta temperaturas de más de 50º y no hay agua ni electricidad
Poco ha durado la calma en Basora. Sólo unas horas de tranquilidad ha vivido la segunda ciudad del país, donde este domingo se han sucedido los disturbios que comenzaron el sábado. Dos iraquíes y un guardia de seguridad nepalí son las últimas víctimas.
La temperatura pasa de los 50 grados a la sombra, las neveras y los aires acondicionados no funcionan porque no hay electricidad, en muchos casos los ciudadanos tampoco tienen agua y ni siquiera consiguen gasolina para hacer funcionar un generador. En esas circunstancias viven los iraquíes. Y en ese escenario es donde se producen los altercados.
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Este domingo, al igual que ocurrió el sábado, cientos de habitantes de Basora han volcado coches y quemado neumáticos para protestar ante las tropas británicas, que después de cuatro meses en la zona no consiguen restablecer los servicios básicos.
La zona sur del país, donde está Basora y donde se están desplegando los soldados españoles, es de mayoría chií y hasta estos días estaba mucho más tranquila que la zona norte de mayoría suní. Sin embargo, los incidentes se han generalizado por todo el país.
Dos ciudadanos iraquíes y un guardia de seguridad nepalí murieron este domingo durante los incidentes que se produjeron en la segunda jornada de violencia vivida en la ciudad meridional de Basora.
Las tropas británicas acantonadas allí abrieron fuego para disolver a las multitudes que atacaban los vehículos militares y montaban barricadas incendiarias en las calles en protesta por el aumento del precio de los carburantes y la falta de suministro eléctrico.
Las fuerzas británicas patrullan por Basora en carros de combate y vehículos blindados, mientras la población se muestra tensa, máxime cuando no se restablece el suministro eléctrico y las temperaturas rondan los 50 grados centígrados.
El guardia fallecido, que trabajaba para una empresa de seguridad privada al servicio de la administración provisional de Irak, murió por un disparo de un desconocido.
Por su parte, un ciudadano iraquí fue herido de muerte por los disparos de uno o varios desconocidos de los muchos que en los últimos días se mueven por Basora con casi total impunidad.
Asimismo, otro ciudadano iraquí falleció al caer cuando intentaba subir a un camión, según fuentes de las tropas checas que colaboran en Basora con las fuerzas británicas.
Desde hace tres días, la escasez de combustible ha trasladado al sur de Irak escenas habituales en otras zonas tras la caída de Bagdad, como las largas colas de coches que esperan, durante horas y bajo temperaturas cercanas a los 50 grados, para repostar.
La carencia ha provocado un alza en el precio de los carburantes y el auge del "mercado negro", incluso en la capital, donde vuelve a ser caro y complicado el abastecimiento.
El Ejército británico culpa de la escasez a los contrabandistas, por lo que se ha decidido ampliar las patrullas y apostar soldados en las gasolineras.
El general Alberto Piris: "La población iraquí estaba antes bajo una dictadura despótica y cruel, pero por lo menos tenían los mínimos elementos básicos para subsistir".
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