Chile recuerda la caída de Allende

Los chilenos celebran el 30º aniversario de su 11-S: la caída de Salvador Allende tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet. El presidente, Ricardo Lagos, uno de los ministros de Allende, ha tenido un papel central en los actos de conmemoración y ha sido el encargado de reabrir la puerta del palacio de La Moneda por la que salió el cadáver de Allende.

El 11 de septiembre de 1973, los militares chilenos comandados por Augusto Pinochet, terminaron con la democracia y provocaron el suicidio del presidente electo, Salvador Allende. Sus últimas palabras a la nación fueron claras: "Yo no voy a renunciar. Pagaré con mi vida la lealtad del pueblo".

El presidente Lagos reabrió la puerta lateral del palacio de La Moneda conocida como "Morandé 80", clausurada desde el 11 de septiembre de 1973, cuando por ella fue sacado el cadáver de Salvador Allende. Lagos caminó en solitario hacia la puerta, que estaba cubierta por una bandera chilena, y tras recibir el saludo de dos carabineras de la guardia presidencial, entró a la sede gubernamental.

El breve acto, sin palabras, fue sin embargo muy emotivo, puesto que "Morandé 80" fue la puerta utilizada por todos los presidentes de Chile durante más de un siglo para sus idas y venidas fuera de protocolo. Se dice que el presidente Ramón Barros Luco (1910-1915) salía por ella para ir a dormir la siesta en un escaño de la plaza de Armas, cercana a La Moneda, cuando todos pensaban que estaba trabajando en su oficina.

TRADICIÓN REPUBLICANA

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Hace unos días, Lagos señaló que la reapertura de la puerta, cegada por el Gobierno del general Augusto Pinochet (1973-1990) cuando reconstruyó el edificio tras el bombardeo e incendio de 1973, representaba la recuperación de una antigua tradición republicana.

Tras la reapertura de "Morandé 80", el gobernante encabezó una ceremonia ante más de mil invitados, que comenzó con la interpretación de la "Cantata de los Derechos Humanos", con música de Alejandro Guarello y letra de Esteban Gumucio. Esta composición se interpretó por primera vez en noviembre de 1978 durante un Simposio Internacional sobre Derechos Humanos que organizó la vicaría de la Solidaridad del arzobispado de Santiago, en la Catedral Metropolitana.