Garzón envía a prisión a cinco anarquistas que planearon asesinar a un consejero catalán y a Luis del Olmo

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó esta noche prisión incondicional para cinco de los seis detenidos el pasado martes en Barcelona por diez delitos, entre ellos, uno de integración en una célula terrorista de carácter anarquista y dos de conspiración para el asesinato. Realizaron seguimientos del consejero de la Generalitat de Cataluña Jordi Alvinya Rovira y del periodista Luis del Olmo con el objetivo de atentar contra ellos.

Entre los detenidos que han ingresado en prisión figura el presunto cerebro de la célula terrorista Joaquín Felicísimo Garcés Villacampa, de 43 años de edad, quien tras permanecer 18 años en la cárcel se fugó y llevaba unos meses en libertad, según consta en el auto de prisión dictado por Garzón.

Fuentes jurídicas indicaron que reconoció la autoría de todos los delitos que se le imputan: integración en organización terrorista, incendios, estragos, daños, tenencia ilícita de armas, tenencia y confección de artefactos incendiarios y explosivos y conspiración para el asesinato terrorista (por el consejero catalán), hechos que además se atribuyen a Rafael Tomás Gaspar, Carolina Fornè Roig e Igor Quevedo Aragay, quienes también ingresaron en prisión.

Asimismo, a Garcés se le acusa, junto con el huido Iñigo de Pablo, de un delito de intento de asesinato terrorista por el envío el pasado día 8, de un paquete bomba, que pudo ser desactivado, al Consulado de Grecia en Madrid. Al quinto arrestado enviado a prisión, Roger Gras Pacheco, sólo se le imputan un delito de estragos y otro de daños por tres ataques de violencia callejera. El sexto, Teodoro Hernández, quedó en libertad, tras prestar declaración ante el juez.

De la conspiración para el asesinato de Luis del Olmo únicamente están acusados Rafael Tomás Gaspar y Carolina Fornè Roig, quienes durante dos fines de semana de 2002 se desplazaron hasta el domicilio del periodista en la localidad tarraconense de Roda de Bará para controlar sus entradas y salidas. No llegaron a cometer el atentado al ser identificados por una patrulla de la Guardia Civil mientras hacían la vigilancia.

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Para preparar el asesinato del consejero de Telecomunicaciones la Generalitat de Cataluña Jordi Alvinya le siguieron desde su domicilio hasta el colegio de su hija y desde allí a su puesto de trabajo. No intentaron atentar contra él, porque no pudieron planificar una fuga que no acarreara riesgos para los autores materiales.

Entre los objetivos menos elaborados de la cèlula figuraban el portavoz de los Mossos d'Esquadra y un directivo de La Caixa. También tenían previsto cometer un atentado contra las sedes de los sindicatos UGT y CCOO en Barcelona, la catedral, una iglesia y la librería Europa. Además, pensaban atracar un mercado medieval en Alicante, un festival de rock de Aranda de Duero (Burgos) y una sucursal del Banco Bilbao Vizcaya de San Fernando (Cádiz).

A todos los encarcelados, salvo a Gras, se les imputan ocho ataques de terrorismo urbano, cometidos entre los pasados meses de junio y agosto, contra entidades bancarias, un restaurante griego, estaciones eléctricas y un concesionario de coches.

Según el auto de prisión dictado por el juez, "el fundamento de sus acciones delictivas descansa en la simpatía con la ideología del movimiento anarquista libertario, con la pretensión de actuar contra todo lo que represente el Estado y el sistema establecido (como sucursales bancarias, entidades religiosas, antenas de repetición), así como las personas que lo representen".

Para "el desarrollo de lo que ellos denominaban 'expropiaciones de dinero a capitalistas', que en esencia consisten en la comisión de robos y asaltos a empresarios y entidades financieras", tenían a su disposición dos revólveres, una pistola, una escopeta de caza, munición y materiales químicos y electrónicos para la confección de artefactos incendiarios y explosivos.