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Investigan si el primer ministro checheno, en estado grave, ha sido envenenado

El suceso se produce una semana antes de los comicios en la república separatista

Los servicios secretos rusos investigan si el presidente interino chechén, Anatoli Popov, hospitalizado este domingo en estado grave, fue envenenado por la guerrilla separatista, una semana antes de los comicios presidenciales convocados por el Kremlin en Chechenia.

El Gobierno pro-ruso chechén informó de que Popov tuvo que ser ingresado en una clínica, donde le diagnosticaron una "intoxicación alimenticia aguda" después de una cena oficial tras la apertura de un tramo de gasoducto en el distrito de Gudermés.

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Los servicios secretos investigan el suceso y estudian "la versión de un posible atentado contra la vida del presidente en funciones de Chechenia", dijo un portavoz del Ejecutivo chechén.

Popov es primer ministro y, provisionalmente, presidente de Chechenia hasta que tome posesión el ganador de los comicios convocados por el Kremlin para el próximo domingo, en los que es favorito el líder pro-ruso de la separatista Chechenia, Ajmad Kadírov.

Mientras fuentes militares rusas procuraban restar importancia a la intoxicación de Popov y se preguntaban si la culpa la tenía el requesón que había ingerido el funcionario, las agencias dibujaban un panorama poco optimista para las elecciones, que el Kremlin considera claves para su proyecto de pacificación de Chechenia.

Los principales grupos defensores de los derechos humanos rusos se han negado a enviar observadores a las elecciones por considerar que su celebración en medio de una guerra que cada día se cobra vidas rompe todos los esquemas legales en materia electoral.

Los críticos señalan que el Kremlin y la cúpula chechena pro-rusa impuesta por Moscú en 2000 han hecho todo lo posible para sacar de la carrera electoral a los tres principales rivales del candidato favorito del Kremlin que tenían mejores expectativas de voto.

Temido en Chechenia por los desmanes cometidos por su guardia pretoriana de 5.000 paramilitares, Kadírov cuenta con el apoyo ruso tras jurar lealtad al Kremlin a principios de esta guerra, aunque en la anterior (1994-96) fue el líder islámico de los separatistas y proclamó una guerra santa contra los "ocupantes".

 
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