Bush llega a Londres entre protestas y fuertes medidas de seguridad

El presidente de EEUU ha llegado esta tarde a Londres, para empezar una visita de Estado de tres días invitado por la reina Isabel II. En la capital inglesa le esperan las protestas de miles de personas, que celebrarán una manifestación multitudinaria el jueves. 14.000 policías cuidarán de la seguridad de Bush durante su visita.

Entre impresionantes medidas de seguridad, el avión presidencial, "Air Force One", aterrizó a las 19.25 GMT en el aeropuerto de Heathrow, al oeste de la capital, donde la pareja fue recibida en privado por el príncipe Carlos, heredero al trono británico.

La comitiva se desplazó de inmediato en helicóptero hasta el

Palacio de Buckingham, residencia de la Reina, donde Bush y su esposa se alojarán hasta el viernes.

SE PREVÉN GRANDES PROTESTAS

El viaje del presidente de Estados Unidos va a estar marcado por las protestas contra la guerra.

Las banderas americanas ya ondean en la gran avenida que lleva al Palacio de Buckingham, la residencia real donde se alojaran desde esta noche George Bush y su esposa.

La visita está marcada por el rechazo que el mandatario norteamericano genera en buena parte de la población, que ya han protestado contra su presencia en el Reino Unido. Un sondeo que publica hoy el diario "The Guardian" señala que un 51 por ciento de la población apurueba la estancia de Bush en su país, una apretada mayoría. El alcalde de Londres, Ken Livingstone, ha dicho que es "el hombre más peligroso del mundo".

La llegada de George Bush a la capital británica está prevista a las ocho de la noche. Londres está tomada desde ayer por 14.000 agentes de seguridad. Scotland Yard niega haber cedido a las presiones de los americanos para triplicar el número de efectivos, aunque lo previsto eran 5.000 agentes.

Habrá además 700 estadounidenses protegiendo al presidente, cuya visita, decidida hace un año y medio, no puede ser más inoportuna para Tony Blair. El primer ministro tuvo que defender ayer públicamente la presencia de su invitado, quien ha renunciado a dirigirse al parlamento por temor a ser abucheado por los diputados.

La visita de estado, que costará ocho millones de euros, ha despertado una oleada de protestas entre los británicos que quieren dejar constancia de su repulsa hacia la Guerra en Irak. Hay una concentración convocada para el jueves en la capital. Bush no acudirá al Parlamento de Londres por temor a ser abucheado.

A pesar de estas previsiones, el mandatario norteamericano ha asegurado que no le preocupan las protestas. "Me encanta ir a un país libre en el que la gente se le permite protestar. No me preocupa lo más mínimo", aseguró.

En ese marco Bush y Blair tratarán de reafirmar su compromiso con el nuevo calendario que plantea devolver el poder a un gobierno provisional iraquí para el mes de junio.