Los dos atentados contra el CNI siembran las dudas sobre la seguridad
España pierde su equipo de inteligencia en Irak
Los dos ataques dirigidos específicamente contra españoles, el asesinato del sargento José Antonio Bernal y el atentado contra ocho agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), han planteado la incógnita de si puede haber fallos de seguridad o incluso filtraciones acerca de la identidad de los agentes españoles en Irak.
Fuentes del CNI, sin embargo, han asegurado al diario El País que es muy difícil que los agresores que ayer atacaron a los españoles conocieran la identidad de sus víctimas y que lo más probable es que sospecharan que se trataba de un convoy de la coalición por el tipo de vehículos en los que viajaban.
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A partir del asesinato en Bagdad de José Antonio Bernal se hizo habitual que los agentes viajaran todos juntos. Hasta entonces, los agentes del CNI solían realizar las misiones de reconocimiento en patrullas de dos agentes precisamente para prevenir atentados como el de ayer. Sin embargo, desde la muerte de Bernal habían llegado a la conclusión de que era más seguro viajar en grupos numerosos y que cuanta más gente viajase en los convoyes y cuanto más larga fuera la caravana de coches menos posibilidades tendrían los rebeldes iraquíes de tenderles una emboscada.
MISIÓN EN IRAK
El trabajo de los agentes del CNI consiste fundamentalmente en recabar información, obtener datos sobre cualquier tipo de actividad terrorista y tener localizados a los líderes de la resistencia y vigilar todos sus movimientos.
Para conseguirlo, los agentes solían infiltrarse en todos los grupos religiosos que hay en Irak porque sospechaban que eran los propios líderes religiosos los que organizaban los grupos terroristas. También patrullaban las calles y tenían un contacto directo y permanente con la gente de a pie porque el boca a boca funciona bien en Irak.
Como medida de seguridad los agentes solían llevar armas cortas aunque nunca chalecos antibalas para no ser localizados. Normalmente viajaban en coches oficiales aunque precisamente ayer iban en vehículos civiles y sin ningún tipo de blindaje.
Entre las misiones de los agentes del servicio secreto estaba también la de colaborar con los Grupos de Operaciones Especiales (GEO) en la defensa de la embajada española en Bagdad.
Con el ataque de ayer se puede decir que el grupo de espionaje que España tenía en Bagdad ha desaparecido.