Siete agentes del espionaje español muertos y uno herido en un atentado al sur de Bagdad

Los ocho agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sufrieron el brutal atentado, en el que se utilizaron lanzagranadas y fusiles kalashnikov, a 30 kilómetros al sur de Bagdad cuando se desplazaban en dos vehículos civiles sin ningún tipo de blindaje desde la capital iraquí hacia el sur del país. Cuatro de ellos se preparaban para regresar a España.

En una breve comparecencia ante los medios de comunicación, el ministro de Defensa, Federico Trillo, señaló que el Gobierno ha transmitido su pésame y solidaridad a las familias de las víctimas y a los integrantes del CNI.

El convoy español regresaba de comer en Bagdad y se dirigía al sur por la carretera principal entre la capital y la ciudad de Hila. Estaban haciendo "un reconocimiento de la zona", puesto que se iba a producir un relevo entre ellos, según Federico Trillo. Cuatro de los ocho agentes tenían previsto regresar a España la próxima semana porque la mayor parte llevaba más de un año y medio destinado en Irak.

Las cosas no salieron según lo previsto. Llevaban unos 30 kilómetros de camino hacia el sur y pasaban por la zona de Swaira, controlada por Estados Unidos, cuando fueron atacados con lanzagranadas RPG-6 y, probablemente, precisó Trillo, con fusiles kalashnikov. José Manuel Sánchez Riera es el único español que ha salvado la vida, resultando herido leve.

Las primeras noticias del ataque llegaron a España pasadas las 16.00 horas. Fuentes oficiales confirmaron que había dos cuerpos tendidos en el suelo y dos vehículos ardiendo. Después, la CNN, citando fuentes de la coalición, hablaba de siete cadáveres. Más tarde, Defensa confirmaba esta última cifra.

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Entretanto, la cadena de televisión británica Sky News ofrecía las primeras y únicas imágenes de la tragedia: un grupo de iraquíes celebraba las muertes, golpeaba los cadáveres con los brazos en alto y el signo de la victoria en sus manos.

Los cuerpos de los fallecidos han sido trasladados al tanatorio del aeropuerto internacional de Bagdad para los trámites de identificación.

Trillo ha emprendido esta noche viaje a Irak para recuperar los cadáveres de los siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia. El titular de Defensa está acompañado del director del CNI, Jorge Dezcallar, y ha expresado su deseo de poder repatriar el próximo lunes los cuerpos de los siete españoles.

El atentado de este sábado eleva a diez el número de españoles muertos en territorio iraquí desde el fin de la guerra. El pasado 19 de agosto el capitán Manuel Martín Oar moría en Bagdad víctima de las heridas sufridas en el atentado contra la sede de la ONU en la capital iraquí. Martín Oar, el primer militar español muerto en Irak, era experto en misiones de paz y había pedido su incorporación voluntaria al cuartel general de la Autoridad Provisional de la coalición como adjunto al embajador español ante la CPA, Miguel Benzo.

El 9 de octubre el sargento primero José Antonio Bernal, miembro de los servicios secretos españoles, era asesinado de un tiro en la nuca en Bagdad, a escasos metros de su casa. Bernal ocupaba en Irak el cargo de agregado de la embajada española en aquel país, en el que llevaba 2 años.

El 26 de octubre, el sargento Luis Puga moría en la base de Diwaniya, al sur de Irak, a consecuencia de un disparo fortuito lanzado por un compañero cuando limpiaba su arma. Puga pertenecía a la Brigada Ligera Aerotransportable del Ejército de Tierra, con sede en Pontevedra, y era uno de los integrantes de la Brigada 'Plus Ultra' destinada en Diwaniya.