Al menos seis muertos tras un atentado suicida cerca del Kremlin

Una terrorista suicida detonó hoy una bomba en pleno corazón de Moscú y causó la muerte de seis personas a pocos centenares de metros del Kremlin, en el segundo atentado que sufre Rusia en cuatro días. La explosión se produjo a la entrada del hotel Nacional, uno de los más lujosos y de mayor tradición de la capital rusa.

Situado en la esquina de la plaza Manezh, con el Kremlin enfrente, y de la calle Tverskaya, una de las principales arterias comerciales de la ciudad, este hotel alojó en 1918 a Vladímir Lenin y a su primer gobierno soviètico.

La explosión de la carga, equivalente a diez kilogramos de trilita, rompió los cristales de la primera y segunda plantas del hotel, donde hay restaurantes y oficinas de lujo. Junto a sus puertas yacía el cadáver decapitado de la suicida y los de sus cuatro víctimas.

SEGUNDA BOMBA

Los catorce heridos fueron evacuados rápidamente, tres de ellos en estado grave, y los zapadores se encargaron de una segunda carga, equivalente a cinco kilogramos de trilita.

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Esta segunda bomba, hallada en una bolsa junto al cadáver de la terrorista, finalmente fue destruida por un robot. Tambièn hubo heridos leves por fragmentos de cristales entre los clientes del hotel y el restaurante.

A tan sólo 50 metros del lugar de la explosión está la sede del Parlamento, donde el ataque terrorista provocó airadas y dispares reacciones.

Según informó la policía, la terrorista suicida ha sido identificada, pues desde julio pasado existía una orden de búsqueda y captura contra ella despuès de que "fuera adiestrada en uno de los campamentos terroristas" de la guerrilla chechèn, informaron fuentes de Seguridad a la agencia oficial ITAR-TASS.

A LA CAZA DE CÓMPLICES

Para investigar lo ocurrido ha sido creado un equipo conjunto del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antigua KGB), el Ministerio del Interior y la Fiscalía. Los investigadores no descartan que uno de los heridos, que actualmente está en cuidados intensivos, pueda ser cómplice de la suicida.

Se ha ordenado, además, la búsqueda de otra mujer con "aspecto de ser oriunda del Cáucaso" de unos 40 o 45 años, implicada en el atentado y que "es peligrosa", por cuanto "en el momento de la detención puede provocar una explosión".

En su primera reacción a lo ocurrido, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, indicó que "las acciones de los criminales terroristas, con los que nos vemos obligados a luchar", atentan "contra la economía de mercado, la democracia, el desarrollo y la integridad territorial del país refrendados por la Constitución".