Sociedad | Actualidad

Un juez usa un ardid para indemnizar a un obrero por accidente laboral

La acusación culpaba a la empresa de un delito que no suponía indemnización

Un juez de Barcelona ha utilizado un ardid legal, corrigiendo un error de la acusación, para condenar a una empresa a indemnizar a un trabajador incapacitado por un accidente laboral, apelando a la sensibilidad social y a la alarma social que generan estos siniestros.

El titular del juzgado de Lo Penal 3 de Barcelona, Juan Pedro Yllanes, juzgó un caso de un accidente laboral de un obrero en el que la acusación particular culpaba al responsable de la empresa de un delito contra los derechos de los trabajadores, una tipología delictiva que no contempla la concesión de indemnizaciones.

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Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, el delito contra los derechos de los trabajadores es de riesgo o de peligro y no contempla la consumación de un resultado lesivo, por lo que en este caso, para que el obrero hubiera recibido una indemnización, se tendría que haber formulado la acusación por otro delito, como por ejemplo una negligencia con resultado de lesiones.

"ELLO NO OBSTA"

Sin embargo, el juez dice que "ello no obsta" a que, dado el resultado lesivo registrado en este caso para el obrero accidentado, se fije una indemnización en su favor que cifra en 92.388 euros y hace responsable civil a la empresa.

En este caso, el magistrado ha condenado a Damián R.S., consejero delegado de la empresa para la que trabajaba el obrero, José María G.C., a 8 meses de prisión y al pago de una multa de 1.620 euros.

Los hechos ocurrieron el 19 de junio de 2000, cuando el obrero trabajaba como peón en una obra en construcción en el pasaje La Mosota de Sant Joan Despí.

Según la sentencia, llegada la hora del almuerzo, el peón se quedó en la obra a comer su bocadillo mientras sus compañeros se fueron a un bar cercano.

SIN PREVENCIÓN DE RIESGOS

José María G. almorzó en la segunda planta del edificio en construcción y, en un momento dado, según vieron sus compañeros al regresar a la obra, se precipitó al vacío desde un balcón sin protección alguna al quedar un hueco descubierto, tras retirarse una valla de protección con el fin de que una grúa pudiese descargar unos materiales de construcción.

El obrero, ahora de 66 años, sufrió múltiples lesiones que le han dejado incapacitado para cualquier trabajo, por lo que se le ha reconocido su incapacidad permanente absoluta.

El magistrado llega a la conclusión que la formación y prevención de riesgos laborales de los trabajadores era "sistemáticamente ignorada" por la empresa, hasta el punto de que no disponía de ninguna persona titulada en "tan trascendente materia".

 
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