El PSOE promete aumentar el número de plazas en las guarderías públicas

Optimismo ha sido la palabra más repetida por los socialistas al dar salida hoy a sus propuestas educativas y culturales. Atrás quedan cuatro años de imposición, dicen, de falta de diálogo, cuatro años en suma de liquidación del sector público en el mundo de la enseñanza y la creación artística.

Una etapa negra, oscura, sin diálogo ni debate, protagonizada por la ministra Pilar del Castillo que se inició en la izquierda para, años después, echarse en brazos del neoliberalismo, que ha edificado leyes como la LOCE o la LOU.

Una situación que puede acabar en marzo, aseguraba José Luis Rodríguez Zapatero, para quien "la cultura y la educación son armas cargadas de futuro, armas que no provocan víctimas".

Zapatero avanzaba los grandes cambios educativos que se van a producir si el PSOE obtiene la confianza de los ciudadanos en marzo: "un ordenador para cada dos estudiantes, dominio del inglés de todos los alumnos al acabar la educación obligatoria y uno de cada cuatro universitarios con beca". A ello añadió también la gratuidad de los libros de texto en primaria y secundaria, una medida que ya aplican algunas comunidades gobernadas por los socialistas.

Los socialistas han abierto otro frente, el de la creación artística, también sometida según Zapatero al imperio del mercado, que afirmaba que "seré beligerante en materia cultural, seré beligerante a favor de la entrada y la difusión en nuestro país de todas las manifestaciones culturales de calidad vengan de donde vengan, y seré beligerante en la defensa, promoción y apoyo a las creaciones culturales españolas y en la difusión internacional de las lenguas de España".

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Los socialistas se comprometen además a incrementar el número de familias que se beneficiarán de una plaza en guarderías públicas con hijos de 0 a 3 años. Ahora esa cifra afecta a 100.000 familias; si gobierna el PSOE esa cifra llegará a las 300.000.

En el acto de presentación de las propuestas educativas y culturales del PSOE, han participado sectores sociales alejados de la política activa, como directores de cine, ex rectores de universidad, así como escritores.