"The New York Times" admite errores en noticias sobre Irak
Culpa a las fuentes en un ejercicio de autocrítica
El diario "The New York Times" publicó ayer una nota de los editores en la que reconocen una falta de rigor en parte de sus informaciones sobre la guerra de Irak, debido en gran medida a las fuentes informantes, reconocidos opositores a Sadam Husein.
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Un artículo que ocupa media página en la sección de Internacional remarca que en el último año "The New York Times" ha reflejado "las razones que llevaron al Gobierno estadounidense a la guerra en Irak". Asimismo, "ha examinado los fallos" de los servicios de inteligencia estadounidenses y de los aliados, "especialmente en lo referente a las armas de Irak y las posibles conexiones con el terrorismo internacional". Por último, subraya que también ha estudiado "los alegatos oficiales a favor de la credulidad y las campañas propagandísticas". Por ello, el rotativo afirma que es la hora del autoanálisis.
Tras revisar cientos de informaciones previas a la guerra y de las primeras etapas de la ocupación, el diario explica que en muchos casos había "un fiel reflejo del estado de nuestros conocimientos en aquel momento, meticulosamente extraédo de las agencias de inteligencia, que dependían ellas mismas de información incompleta". "Y cuando esos artículos incluían información incompleta o apuntaban en una dirección errónea, eran luego superados por más información y más contundente. Así es como tiene lugar normalmente la cobertura de noticias", explica.
Pero "The New York Times" reconoce que encontraron un número de noticias que "no eran tan rigurosas como debieran haber sido". "En algunos casos, información que era controvertida entonces, y que ahora parece cuestionable, permanecía sin cambios. Mirando atrás, deseamos que hubiéramos sido más agresivos al reexaminar las afirmaciones cuando surgían o no nuevas evidencias", asevera.
"Los artículos problemáticos varían en su autoría y temática, pero muchos comparten una característica común: dependen al menos en parte de la información de un círculo de informantes iraquíes, tránsfugas y exiliados que buscaban un cambio de régimen en Irak, personas cuya credibilidad ha pasado a ser cada vez más cuestionada en las últimas semanas", señala. Entre estas personas, el rotativo destaca a Ahmed Chalabi, que ha sido citado como fuente "esporádicamente por lo menos desde 1991 y sirvió para contactar con otros exiliados".