La selección española de waterpolo se impone a Italia (5-4)

La selección española de waterpolo masculino no pudo tener un estreno más afortunado en los Juegos Olímpicos de Atenas, pues no sólo ganó a un rival de la categoría de Italia (5-4) sino que lo hizo con la sobriedad que requería el momento, aunque pasó muchos apuros en los últimos instantes.

España, plata en Barcelona'92 precisamente tras perder la final ante los italianos, oro en Atlanta'98 y cuarta en Sydney'00, demostró en el primer partido olímpico después de la retirada de Manel Estiarte -estaba en el palco junto al Duque de Palma, Iñaki Urdangarín- que tiene argumentos para soñar con regresar a la elite.

Si trabaja como lo hizo en esta oportunidad, con una seriedad tremenda en defensa e inspiración en ataque -al menos en la primera mitad en este apartado-, es capaz de volver a dar momentos de felicidad.

La victoria en este debut se antojaba más que importante a la vista del segundo choque, ante la anfitriona y poderosa Grecia, por cuanto significa poner el rumbo adecuado para aspirar a entrar directamente en semifinales sin pasar por un engorroso cruce de cuartos de final.

No obstante, Joan Jané y sus pupilos son conscientes de que no se pueden permitir estar buena parte del encuentro sin anotar. De hecho, desde que terminó el segundo periodo con un claro 5-2 no volvió a anotar y no pudo sentenciar, por lo que incluso tuvo algunos compases de temor en los últimos segundos cuando Alessandro Calcaterra y Maurizio Felugo acortaron distancias hasta el 5-4.

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Ante otro oponente más acertado en la faceta ofensiva le podía haber costado el perder tan suculenta ventaja, y raro es que los italianos no lo hicieran.

España fraguó su triunfo en los dos primeros periodos, en los que la defensa funcionó a la perfección y hubo acierto en ataque acompañado además de bellos goles, como uno de Dani Moro (estaba mirando a otro lado cuando mandó a portería) y otro de Iván Pérez (un reverso).

No obstante, ese trabajo defensivo se tradujo en una gran cantidad de sanciones en forma de exclusiones temporales (ocho, por una de sus oponentes), lo que mermó el potencial español para defender al boya italiano, pero aún así el esfuerzo conjunto de los pupilos de Jané, respaldados por una gran actuación del meta Angel Andreo -Jesús Rollán no actuó-, fue enorme y supieron rentabilizar el 5-2 que reflejaba el electrónico al final de los dos primeros periodos.

España no pudo o no supo rematar la faena para encarar el final con tranquilidad, pero a la postre consiguió el triunfo que necesitaba para encarar estos Juegos correctamente, si bien intentará ratificar la andadura hacia semifinales en el próximo encuentro ante los anfitriones para estar por cuarta ocasión consecutiva en la pugna por los metales.