Manolo Martínez se queda a las puertas del bronce

La fortuna de los dioses de Olimpia fue esquiva al español Manuel Martínez que se tuvo que consolar con la cuarta plaza en el lanzamiento de peso de los Juegos Olímpicos de Atenas, después de saborear una medalla durante gran parte de una final en la que el ucraniano Yuriy Bilonog se coronó campeón.

El leonés confirmó desde el principio las buenas sensaciones que había tenido en la calificación de por la mañana, donde se había metido con la séptima mejor marca, y con un tiro de 20.70 metros tuvo el bronce en su poder hasta la tercera ronda, cuando el danés Joachim Olsen se fue hasta los 21.07.

Y es que todos los lanzadores eran conscientes de que el valor del metal estaba en la barrera de los 21 metros, por donde 'Superman' Martínez tan sólo había logrado moverse este año en una ocasión (21.06).

El español firmó uno de sus mejores concursos del año, siempre buscando esos 21 metros. Su primer lanzamiento de 20.70 era un gran principio que le quitaba el agobio para los dos siguientes (20.47 y 20.48) de tener que apurar para la mejora.

En ella Martínez luchó por un mejor lanzamiento de la temporada, que habría valido un bronce, pero a pesar de progresar, con 20.78 y 20.84, nunca pudo acercarse. En su última bala en la recámara, el leonés finalizó con un nulo y al menos con el buen sabor de boca de un cuarto puesto con el que mejoraba su sexta plaza de hace seis años en Sydney.

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LOS AMERICANOS SE QUEDAN SIN EL ORO

A quienes los dioses dieron de verdad la espalda en Olimpia fue a los estadounidenses. Ya en la calificación se fue al traste con el sueño de un triplete americano, después de que Reese Hoffa, segundo en los 'trials', no lograra meterse en la final al quedarse en unos discretos 19.40 metros, después de llegar a Atenas con la séptima mejor marca del año (21.67).

El fuerte calor y la responsabilidad de lanzar ante el mito de Olimpia se cobró más víctimas ilustres a las primeras de cambio ya que con el estadounidense se fue también el sudafricano Janus Robberts en la tanda matinal.

Pero la final siguió deparando más sorpresas ya que uno de los grandes favoritos, posiblemente el que más, el americano John Godina, no era capaz de entrar en la mejora tras dos nulos y un discreto tercer intento, apretado por la presión, de 20.19.

Los americanos sufrieron otro golpe más ya que Nelson, su última baza, se quedaba sin el oro, tras dominar la final desde la primera ronda, en un último lanzamiento en el que Bilonog, tocado por los dioses Zeus y Hera, iguala sus 21.16, aunque un mejor segundo tiro le daba el título.

Nelson se tenía así que colgar una vez más el cartel de segundón, al igual que en Sydney 2000 y en los Mundiales de Edmonton'01 y París'03, y conformarse con la plata ante la mayor regularidad Bilonog, bronce ya en el Mundial del año pasado, que con cuatro intentos por encima de los 21 metros tenía el premio del oro.