El huracán "Iván" ignora Cuba y se dirige hacia México

Montego Bay

El huracán "Iván" prosigue su marcha hacia el oeste y su ojo atravesará en las próximas horas el Canal de Yucatán, entre México y la punta más occidental de Cuba, sin tocar la isla. El Gobierno de Fidel Castro ha evacuado a más de un millón y medio millón de personas.

El último informe del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami (EEUU), indicó que el vórtice de "Iván" se encuentra a más de 130 kilómetros del extremo oeste de Cuba, el Cabo de San Antonio, y avanza en dirección oeste-noroeste a una media de 13 kilómetros por hora.

A pesar de que el giro hacia el oeste que ha adoptado el huracán ha librado a La Habana de su azote directo, los meteorólogos han advertido que persiste la amenaza de lluvias torrenciales, más intensas que las que golpean desde anoche a la capital cubana.

Las autoridades cubanas han informado mediante un comunicado que "han sido evacuadas hasta el momento 1.351.273 personas" en todo el país. Más de 220.000 habaneros continúan evacuados en refugios y albergues como medida preventiva y las autoridades siguen en estado de alerta.

AL MENOS 41 MUERTOS

Iván azotó anoche Jamiaca dejando al menos 14 muertos. El sexto ciclón más devastador de la historia en el Atlántico ha acabado con la vida de al menos 41 personas, contando las víctimas en Granada (17), Venezuela (cinco), República Dominicana (cuatro) y Trinidad y Tobago (una) desde que se formó el miércoles en el Caribe.

En Jamaica, hay importantes daños en todo el país, según un portavoz del Gobierno, O'Neil Hamilton. Sobre todo, en los suburbios de Kingston (la capital) muchas viviendas están muy dañadas y el suministro eléctrico se ha cortado prácticamente en toda la isla.

Los ríos desbordados han invadido las calles y han arrasado a su paso hogares, personas, vehículos, árboles y postes de alumbrado. Además, el Gobierno de Jamaica intenta hacer frente a los saqueos de comercios y empresas y la violencia está ahora más presente en las calles, con intercambios de disparos entre policías y miembros de bandas de delincuentes. Precisamente por el temor a encontrarse sus casas saqueadas, muchos jamaicanos desoyeron la petición del Gobierno para que abandonaran sus hogares buscando refugio seguro.