Muere el bebé británico cuya vida se dejó en manos de los médicos
El niño sufría el síndrome de Edwards, una enfermedad genética incurable
Un bebé de nueve meses afectado por una enfermedad genética incurable y cuyos médicos fueron autorizados por la Justicia para dejarle morir, falleció esta pasada noche, según informó su familia, que permaneció a su lado.
Los padres de Luke Winston-Jones habían denunciado ante un tribunal londinense la renuncia del equipo médico a poner en marcha un aparato respiratorio para reanimar al bebé en caso de que se deteriorase su estado de salud. La juez dio la razón a los médicos el pasado 22 de octubre, apelando al "mejor interés" de Luke.
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El niño sufría el síndrome de Edwards, una anomalía caracterizada por la presencia en sus genes de tres cronosomas 18 en lugar de dos. La mayoría de los enfermos apenas sobreviven algunas semanas o un mes.




