Sociedad

El PSOE pide a la Iglesia que no caiga en la tentación de la "agitación preventiva"

El secretario de Organización, José Blanco, clausura las jornadas de "Cristianos Socialsitas"

En medio de la crisis abierta entre el Gobierno y la Iglesia, el PSOE ha intentado fijar hoy algunas de las políticas e ideas establecidas, que han podido confundirse. Los socialistas defienden el cristianismo y el respeto a todas las religiones, según ha proclamado el secretario de Organización, José Blanco, en un acto organizado en Bilbao.

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, aseguró hoy que el Gobierno está dispuesto a mantener y cumplir los acuerdos entre el Estado español y la Iglesia católica, aunque acto seguido, ha citado a la Constitución española y al Código Civil para recordar que las religiones no pueden dictar el ordenamiento jurídico del país.

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A cambio de mantener estos acuerdos, Blanco requirió a la Iglesia respeto "a la verdad, a las leyes, a la tarea del otro, a la voluntad de tolerancia y de convivencia de la sociedad española". El secretario de Organización pidió a la Iglesia que no caiga en "la tentación de la agitación preventiva" contra lo que "todavía no ha ocurrido ni nadie ha dicho que vaya a ocurrir (como la legislación en materia de eutanasia)".

El secretario de Organización del PSOE realizó estas declaraciones durante el acto de clausura de las jornadas convocadas con motivo del décimo aniversario del colectivo Cristianos Socialistas Vascos, celebradas este fin de semana en Bilbao, y ante la polémica surgida entre el Ejecutivo la jerarquía eclesiástica.

Tras indicar que nunca ha existido contradicción entre el socialismo y el cristianismo ni en principios ni en valores, destacó que el PSOE, como el Estado español, no opta por ninguna confesión y las respeta a todas, incluyendo a quienes no profesan ninguna. "Y no tiene por qué existir contradicción en lo político, porque la religión no es de derechas ni de izquierdas", agregó.

NI ROJOS COMECURAS, NI SOTANOSAURIOS

En este sentido, insistió en que el Gobierno central no sólo desea mantener una relación "correcta" con la Iglesia católica, sino que quiere cooperar con ella "desde la lealtad mutua y el respeto a la tarea de cada uno".

Así, instó a discutir "lo que haga falta, pero sobre hechos ciertos y no sobre montajes" porque "la gente no cree que el Gobierno sea un nido de rojos comecuras y tampoco que la Conferencia episcopal sea un reducto de sotanosaurios añoradores de la Santa Inquisición".