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Miles de personas homenajean a agente que salvó a Giuliana Sgrena

Multitudinaria capilla ardiente por Nicola Calipari

Miles de personas desfilaron este domingo por la capilla ardiente con los restos mortales del agente secreto muerto en Irak por disparos de soldados de EEUU, cuando protegía con su cuerpo a la periodista Giuliana Sgrena, tras negociar su liberación.

Autoridades civiles y militares, políticos y ciudadanos de a pié se dieron cita en un domingo lluvioso en el complejo del Vittoriano, en la plaza Venecia de Roma, para homenajear a quien ya consideran uno de sus héroes.

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Las muestras de dolor y admiración se repitieron al paso ante el féretro, cubierto con la bandera italiana, que permanecerá expuesto al público toda la noche y hasta la celebración mañana lunes de los funerales de Estado en la iglesia de Santa María de los Angeles. Antes de que se iniciara el desfile, el Presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, rindió honores al difunto, al que le ha concedido una medalla especial al valor.

En la retina de muchos italianos permanece todavía la frágil figura del octogenario Jefe del Estado con sus dos manos apoyadas en el ataúd durante varios minutos, cuando le fue a recibir, la pasada medianoche, al aeropuerto de Ciampino.

La capilla ardiente se abrió con la presencia de la esposa de Nicola Calipari, sus dos hijos de 19 y 13 años y el subsecretario de la Presidencia del Gobierno y responsable de los servicios secretos, Gianni Letta. Las escenas de emoción fueron continuas, como cuando desfilaron un grupo de periodistas del diario 'Il Manifesto', para el que trabaja Giuliana Sgrena, encabezados por su director, Gabriele Polo, que se fundió en un largo abrazo con la viuda.

En nombre del papa Juan Pablo II, internado desde hace once días en el Policlínico Gemelli de la capital italiana, acudió el secretario de Estado vaticano, cardenal Angelo Sodano, que transmitió a los familiares y amigos el pesar del Pontífice. Quien no pudo estar en el Vittoriano fue Giuliana Sgrena, que, según su confesión, se asomó al velatorio a través de la televisión, desde su habitación en el hospital militar del Celio, donde se recupera de las heridas sufridas en la refriega que costó la vida al agente.

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