Antonio Fernández Alba, Premio Nacional de Arquitectura
El arquitecto ha destacado no sólo en el campo práctico sino también en la docencia
El arquitecto español Antonio Fernández Alba, que ha destacado no sólo en el campo práctico sino también en la docencia, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura 2003. El jurado, presidido por la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, ha destacado que este premio es "el reconocimiento individual a una vida profesional dedicada a la arquitectura, por la labor profesional de un arquitecto español que, en su trabajo, ha venido creando ciudad, para que los ciudadanos dispongan de calidad en las edificaciones".
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Antonio Fernández Alba, nacido en Salamanca en 1927, es arquitecto titulado en 1957 por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y doctor arquitecto en 1963. Es profesor de esta Escuela desde 1959 en la que obtuvo la Cátedra de Elementos de Composición en 1970.
Desde el inicio de su ejercicio profesional ha llevado a cabo una gran actividad académica, vinculado a las innovaciones pedagógicas realizadas en diferentes países europeos e iberoamericanos, ha participado como profesor invitado en las facultades de arquitectura de Roma, Helsinki y Milán, entre otras.
Del organicismo al aislamiento
Sus primeros trabajos (de 1957 a 1965) siguen una evolución próxima a los supuestos organicistas que formulan los arquitectos Frank Lloyd Wrigth, Hdring y Alvar Aalto, al mismo tiempo que una indagación sobre análisis socioculturales en torno al significado del espacio de la arquitectura en las sociedades modernas, compaginándola con los arquitectos constructores de la tradición española más rigurosa, arquitecturas medievales, islámicas y del Renacimiento español.
Alejado de las modas, reducido a un voluntario aislamiento de la publicidad internacional, considerado como un constructor riguroso de edificios, representa en el panorama del pensamiento arquitectónico actual una figura singular por su independencia crítica y la identidad de sus propuestas arquitectónicas.
Entre sus últimas obras se encuentran el Campus de la Universidad Jaime I (Castellón 1990), el Anfiteatro en el Parque de las Naciones (Madrid, 1992), el Tanatorio Municipal en el recinto de la Alambra de Granada (Cementerio de San José) y el Centro de Investigaciones Biológicas (Madrid, 2000).