Bush condiciona la entrada de Georgia en la OTAN al fin pacífico de los independentismos

Un día después de su visita a Rusia con motivo del 60º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, el presidente de EEUU, George W. Bush, se reunió hoy con el presidente de Georgia y condicionó la entrada de este país en la OTAN a la resolución pacífica de sus conflictos independentistas. En un discurso en el centro de la capital, Tiflis, y ante miles de personas entregadas, Bush elogió el proceso democrático de Georgia y se ofreció como mediador en los conflictos independentistas. No obstante, eludió comprometerse en la disputa de Georgia con Moscú sobre la presencia de bases rusas en ese país.

"La integridad y la soberanía de Georgia debe ser respetada por todos los países", afirmó Bush, en un aparente mensaje a Rusia y el apoyo que ha proporcionado a las dos regiones independentistas. "La resolución pacífica de los conflictos es esencial para la integración en la comunidad atlántica", recordó el presidente estadounidense, quien en cada momento fue ovacionado por una multitud entusiasta, que portaba numerosas banderas georgianas y estadounidenses.

Bush alabó la 'revolución de la rosa' que dirigió Mijail Saakasvili en 2003 y que derrocó al gobierno corrupto pro soviético. También rechazó apoyar la apuesta de dos regiones separatistas, Abjazia y Osetia del Sur, de conseguir su independencia de Georgia, y prestó su apoyo al plan de Saakashvili de dar a estas regiones alguna autonomía pero dentro del país. En este sentido, ofreció ayuda de EEUU a Georgia en estos conflictos, pero no quiso comprometerse en su disputa con Moscú sobre la presencia de bases rusas en territorio de este país.

Con su discurso en Tiflis, el presidente puso así fin a una gira de cinco días por Europa que le ha llevado también a Letonia, Holanda y Rusia, para conmemorar el 60 aniversario del fin en Europa de la II Guerra Mundial y para expresar su apoyo a las jóvenes democracias de Europa del Este.