El segundo encierro de Sanfermines, rápido y sin incidentes
Los toros eran de la ganadería gaditana de José Cebada Gago
Los toros de la ganadería gaditana de José Cebada Gago han protagonizado esta mañana el segundo encierro de los Sanfermines 2005, con una carrera rápida y limpia pese a la fama de peligrosidad ganada por los astados en su presencia ya habitual en estas fiestas. Dos minutos y medio tardaron las reses en completar los 850 metros que separan los corrales de Santo Domingo de la Plaza de Toros, sin que durante este tiempo cornearan a ninguno de los mozos que, en un nutrido número, se dieron cita en el recorrido.
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Con el disparo del cohete anunciador, el encierro comenzó a las 8:00 horas cuando la manada abandonó los corrales agrupada y encabezada por los mansos, aunque en los primeros metros, tras el contacto con los mozos, se adelantó un astado de pelaje salinero que imprimió velocidad a la carrera. En este tramo el toro que seguía abriendo la manada chocó contra el vallado tras arrollar a dos mozos.
Al igual que ayer, el antideslizante aplicado este año como novedad al pavimento no impidió que tanto éste como el resto de los bureles que le seguían resbalaran y cayeran al suelo en este tramo, aunque quizás con menor violencia que lo que era habitual. A partir de ese momento la torada se fracturó en varios grupos, dejando huecos suficientes entre los animales para que los corredores pudieran acercarse a ellos y lucirse ante sus astas.
El toro salinero que iba en cabeza acompañado de un manso arrolló a varios mozos en su carrera, mientras sus hermanos proseguían velozmente su camino hacia el tramo de Telefónica, donde los "cebadagago" empujaron contra el vallado a algunos corredores y ellos mismos también chocaron contra las tablas en más de una ocasión. Al entrar en la plaza de Toros cayó al suelo uno de los astados, lo que no tuvo consecuencias para el encierro ya que los dobladores lo acompañaron hacia chiqueros sin más incidencias, al igual que hicieron con el resto de la manada.




