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Sharon dimite y abre la vía para celebrar elecciones anticipadas

El Parlamento israelí decidió hoy su disolución en primera votación

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha presentado su dimisión al presidente de Israel, Moshe Katsav, como paso previo para que éste disuelva el Parlamento y convoque elecciones anticipadas, tal y como pactó la semana pasada con el nuevo líder de los laboristas, Amir Peretz. Sharon también ha comunicado al presidente el abandono del bloque del Likud, el partido que abandonará para poder concurrir a las elecciones como jefe de un nuevo partido derechista que se propone crear.

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"El primer ministro me ha demandado la disolución de la Knesset (Parlamento) dado que, en su composición actual, no permite el funcionamiento correcto del Gobierno", ha dicho el presidente tras reunirse con Sharon. "Creo que deben celebrarse elecciones tan pronto como sea posible", ha añadido, asegurando que comenzará inmediatamente las consultas con los líderes políticos y de las instituciones para comunicarles el adelanto electoral.

El primer ministro se ha desplazado a la residencia del presidente del Estado israelí para comunicarle su dimisión y que éste disuelva el parlamento y convoque las elecciones, que tendrán lugar en el primer trimestre del año que viene.

De hecho, el Parlamento israelí decidió hoy su disolución en una primera votación, mientras que en las tres próximas votaciones -previsiblemente mañana- la Cámara deberá adoptar la convocatoria de elecciones generales anticipadas.

La legislatura debía extenderse hasta finales de 2006, pero la elección del nuevo líder laborista hace dos semanas ha trastocado por completo la vida política israelí.

Peretz anunció, nada más conocerse su elección en detrimento del histórico líder Simón Peres, que retiraría a los ministros laboristas del Gobierno de coalición de Sharon, lo que obligaba a este a convocar elecciones anticipadas, hecho que acordaron en una reunión la semana pasada.

Pero además, Sharon tiene otros problemas dentro de su propio partido, el derechista Likud, que ayudó a fundar. Su liderazgo en él está más que seriamente amenazado por un levantamiento 'rebelde' situado a la derecha de la derecha que no le perdona su retirada de Gaza. Desde que anunció su plan y hasta su cumplimiento, en septiembre, todo han sido palos en las ruedas para el primer ministro, tanto en el partido como en el Gobierno. Muchos ministros han abandonado el Gabinete o Sharon ha tenido que deshacerse de ellos por su oposición al plan, mientras que los rebeldes del grupo parlamentario le ha dado más de un quebradero de cabeza para conseguir mayorías.

Mientras, dentro del Likud, muchos se han opuesto a su plan, en particular el ex primer ministro Benjamín Netanyahu, que probablemente le arrebataría la jefatura del partido si se enfrentaran en unas primarias. No obstante, no sólo Netanyahu aspira a sucederle en el Likud. Ministros como Saul Mofaz, Silvan Shalom, Israel Katz y la ministra Limor Livnat se declararon ayer dispuestos a luchar por la jefatura del partido.

Por ello, Sharon, a sus 77 años, apuesta por embarcarse de nuevo en la lucha por la jefatura del Gobierno a lomos de un nuevo partido, de corte centrista, que se sitúe entre el radicalizado Likud y el más escorado nuevo laborismo de Peretz. De hecho, no se descarta que cuente para su nuevo partido con el hasta ahora vicepresidente del Gobierno y desbancado líder histórico laborista, Simón Peres. "Simón, éste es el principio de nuestro trabajo juntos. No permitiré que te apartes de la misión a la que estás destinado. Reclamaré tu ayuda en el futuro", le dijo Sharon a Peres durante la última reunión del Gabinete.

 
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