Irak cierra las fronteras y se prepara para sus primeras elecciones democráticas
Los líderes de la comunidad suní llaman a la participación.
La vida pública iraquí se ha paralizado 24 horas antes de la celebración de las primeras elecciones democráticas en el país, por las extremas medidas de seguridad y el temor a atentados terroristas. El gobierno interino procedió la pasada medianoche a cerrar las fronteras exteriores, y las calles de la capital, Bagdad, permanecen en silencio ya que sólo los vehículos con una autorización especial pueden circular entre los numerosos puestos de control instalados por las fuerzas iraquíes y el ejército estadounidense.
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Las autoridades han cerrado además el tránsito entre las 18 provincias del país, y nadie, ni siquiera con licencia, podrá portar un arma hasta el próximo 17 de diciembre a excepción de los cuerpos de seguridad.
Todo este despliegue en el día de reflexión trata de garantizar la paz en una jornada histórica, en la que los 15 millones de electores iraquíes están llamados a elegir a 275 diputados parlamentarios de entre 7.655 candidatos, que concurren a los comicios agrupados en más de 300 partidos y 19 coaliciones.
Los suníes participarán masivamente
La jornada de mañana, además de por la extrema seguridad, se prevé que esté marcada por una elevada participación de la minoría suní. Si en las elecciones a la asamblea constituyente de enero los líderes de esta comunidad llamaron al boicot, al igual que en el referéndum del pasado 15 de octubre por el que se aprobó la Constitución iraquí, en esta ocasión la consigna es la contraria, y piden a sus seguidores la mayor participación posible.
La intención de esta minoría es obtener asientos suficientes en el Parlamento precisamente para poder emprender una reforma del texto constitucional, ya que consideran que el corte federalista que se le ha impreso conducirá a la división del país.