El Senado de EEUU prorroga hasta junio la Patriot Act que permite espiar sin control judicial
El presidente Bush ha calificado de "inexcusable" la "obstrucción" de algunos senadores a la Ley
Los senadores estadounidenses han acordado la ampliación de la Ley Patriota -Patriot Act- durante otros seis meses. Esta polémica ley otorga al Gobierno poderes especiales en su lucha contra el terrorismo. El pasado día 16, el Senado había decidido rechazar extender la medida como maniobra para evitar que se aprobara para cuatro años, que es el deseo de la Casa Blanca. Ahora el Senado tiene 6 meses más de plazo para intentar rebajar las medidas antiterroristas en favor de los derechos civiles.
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La Ley Patriota, promulgada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y que da al Gobierno libertades especiales en la lucha contra el terrorismo, estará en vigor hasta el mes de junio de 2006.
Así lo ha decidido hoy el Senado estadounidense, que tras unas intensas negociaciones entre los líderes republicanos y demócratas, ha aprobado extender su validez otros seis meses a partir de finales de diciembre, fecha en la que expiraba inicialmente.
Más tiempo para un acuerdo
La ley Patriótica dota al Gobierno de facultades especiales para realizar registros secretos, interceptar llamadas telefónicas y otras medidas policiales contra el terrorismo. Según han afirmado fuentes legislativas, la extensión de su siempre polémica aplicación dará tiempo a resolver divergencias respecto a las salvaguardas para las libertades civiles que debe contener la ley.
"Esta es una solución de sentido común que da más tiempo al Senado a llegar a un consenso que promueva nuestra seguridad y preserve nuestras libertades", dijo el demócrata Patrick Leahy.
La prórroga fue aprobada después de que el presidente Bush denunciara que la "obstrucción" de algunos senadores a la "Ley Patriota" era "inexcusable". Según quiso recalcar Bush, "la Ley Patriota expira en unos días, pero la amenaza terrorista no".
Bush quería cuatro años
La decisión del Senado, que según el presidente George W. Bush es clave en la lucha contra el terrorismo, es un balón de oxígeno para su política, pero está lejos de cerrar el debate. Bush se había opuesto insistentemente a la extensión temporal de la medida, convencido de que podría forzar su aprobación, y había advertido de que permitir que prescribiera haría a EEUU vulnerable a atentados terroristas.
La Casa Blanca quería su renovación por cuatro años, lo que habría ahogado el debate hasta el fin del mandato de Bush sobre cuál debe ser el límite al poder del Gobierno para investigar a los estadounidenses y si la Ley Patriota infringe los derechos civiles, como mantienen sus críticos.
Su extensión temporal alargará esa discusión, que no agrada a la Casa Blanca, por lo que este resultado también ha sido acogido positivamente por los grupos que se oponen a la Ley, como la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU, en inglés).