Sociedad

Un año después del Carmel, 250 personas siguen sin hogar

'Hoy por hoy' recogió testimonios de algunos de los damnificados

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No eran todavía las nueve de la mañana cuando vecinos de El Carmel eran obligados a salir de su casa a toda prisa y casi sin vestir. Horas después, cuando algunos vecinos regresaban a sus hogares, se produjo un segundo socabón que provocó el derrumbe de otros tres bloques más. La desconfianza de la gente se hizo enorme, como prueba el testimonio de una vecina: "Esto me pasa por haber confiado en ellos, no se puede confiar".

Hoy, cumplido un año del desastre, mil personas han vuelto a su hogar, pero todavía 250 siguen viviendo en hoteles, viviendas de alquiler o casas de familiares. La denominada zona cero está muy lejos de recuperar la normalidad. Hasta allí se desplazó nuestra compañera Marta Pigem que nos trajo el testimonio de Manuel Zafra, que ha conseguido volver a su casa: "Volver fue una alegría inmensa. Por fin recuperas tu intimidad. Puedes dejar las cosas por ahí si quieres".

Manuel ha pasado meses en un hotel y ahora no quiere ni que le menten la palabra: "Me mandaron un sms diciendo que me regalaban diez días de hotel. ¡Qué se lo den a otro! Yo no piso un hotel en años". La mujer de su hermano presenció desde el balcón el hundimiento: "No te lo puedes creer, pero piensas que lo van a controlar. Jamás se te pasa por la cabeza que te vas a pasar un año fuera de tu casa".

Por su parte, Dolores España no ha tenido tanta suerte, aún no ha vuelto a casa, aunque la han dicho que podrá hacerlo a finales de febrero: "Cuando me lo dijeron me eche a reír. Ya me dijeron que podría volver este mes. Yo no me creo nada, eso aún está muy mal".

Dolores pasó cinco meses en un hotel: "No era vida. Mi hija no se podía concentrar y repitió segundo de bachillerato". Ahora, viven en un piso de alquiler, pero no les pagan los 900 euros del coste.

Escuche los sonidos de la tragedia, hace justo un año

Manuel, damnificado: "No vuelvo a pisar un hotel, por lo menos durante algunos años"

Dolores, damnificada: "Cuando me dijeron que volvía a mi casa el mes que viene me eché a reir. No les creo"

Isabel, damnificada: "Cada vez que escucho una sirena se me ponen los pelos de punta"