Los peritos confirman tres causas evitables en el derrumbe del Carmel
Un informe habla de malos materiales, negligencia y falta de previsión
El informe preliminar de los peritos sobre los hundimientos del Carmel, al que ha tenido acceso la Cadena SER, considera que la confluencia de tres posibles causas, todas ellas evitables, provocaron los derrumbes en el barrio barcelonés: mala calidad de los materiales, falta de previsión y de estudios geológicos y negligencia en el seguimiento de las obras. La juez que lleva el caso dedicará el mes de febrero a tomar declaración a todos los imputados por el siniestro, del que se cumple ahora un año.
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Los peritos, que están elaborando dicho informe por orden judicial, establecen de forma preliminar que el cemento colocado a presión sobre las paredes del túnel del metro era de mala calidad. Asimismo, opinan que el nuevo trazado de la vía de maniobra del túnel hacía necesario estudios geológicos. Por último, creen que la empresa TEC4 no hizo un seguimiento adecuado de las obras de ampliación del metro.
Los peritos han ordenado siete sondeos del subsuelo de la obra, uno más de los seis previsto inicialmente. La empresa Rodio ha sido la encargada de efectuar estas catas del subsuelo para saber el índice de fracturación de las capas subterráneas y la composición del denominado macizo rocoso.
En los primeros sondeos se localizó una grieta equiparable a una falla de más de 20 metros, Por este motivo, fue necesario un séptimo sondeo, para verificarlo. Los técnicos creen que cuando se escogió en nuevo trazado de la vía de maniobra se deberían haber efectuado las catas pertinentes para conocer cuál era el asentamiento del terreno. Dicen que el túnel empezó a agrietarse probablemente cuando las máquinas empezaron a sacar los escombros acumulados en el suelo.
Todas estas impresiones deberían ser avaladas por informes que dos laboratorios de Madrid están efectuando sobre las muestras obtenidas. La juez piensa llevar a cabo una gran ronda de declaraciones a partir del próximo mes de febrero, y ha rechazado la petición de la empresa pública GISA y de la Consellería de Obras Públicas de la Generalitat, que pretendían aparecer como partes perjudicadas en el proceso.
Las obras para la ampliación de la línea 5 del metro de la ciudad condal provocaron en enero de 2005 una serie de socavones que acabaron con el hundimiento de varios edificios en el barrio barcelonés del Carmel. Los derrumbes comportaron el desalojo de 1.057 personas, y finalmente cuatro inmuebles en los que vivían 34 familias tuvieron que ser derribados.