El ministro británico de Exteriores da garantías a España del uso de la base de Gibraltar
El ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, ha enviado una carta a su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, en la que le da garantías del uso de la base naval de Gibraltar por submarinos nucleares del Reino Unido.
Exteriores considera que esta carta garantiza "que no se volverá a reproducir la situación del submarino Tireless".
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La misiva, enviada el pasado 27 de febrero, ofrece además "garantías adicionales" y protocolos de colaboración en caso de que se produzcan nuevas escalas de submarinos nucleares en la base de Gibraltar. Exteriores, que pidió hace un año a Londres garantías por escrito respecto a que no habría más reparaciones de submarinos nucleares en el Peñón como ocurrió con el Tireless, se da por satisfecho con la carta de Straw.
Según Exteriores, la carta de Straw confirma "por escrito las garantías dadas verbalmente en 2001 por su predecesor, Robin Cook, al entonces ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué" y deja claro que "la reparación de la avería del reactor del submarino de propulsión nuclear HMS Tireless en Gibraltar fue excepcional".
No obstante, la carta de Straw deja claro que Reino Unido no dejará de usar la base de Gibraltar, puesto que "desempeña un importante papel de apoyo a la capacidad global de la flota de submarinos de la Roca".
La seguridad de los habitantes
Reino Unido se compromete a tener como prioridad la seguridad de los habitantes del Peñón y del Campo de Gibraltar, de modo que "en la eventualidad, extremadamente improbable, de un accidente en el reactor nuclear de un submarino que vaya a llevar a cabo una visita a Gibraltar, el Gobierno británico se compromete a trabajar en colaboración con las autoridades competentes".
Moratinos ha respondido a la comunicación con otra carta en la que agradece "el compromiso del Gobierno británico" y recuerda que "las visitas de buques de guerra de propulsión nuclear a Gibraltar representan, con independencia de su naturaleza, una fuente permanente de controversias" entre ambos países y "una cuestión sensible para la población de la zona circundante".