Prodi dice que "es hora de que se reconozca" su victoria en las elecciones
El Ministerio del Interior de Italia confirma que los votos reclamados no pueden cambiar el resultado
Romano Prodi, el líder de La Unión, la coalición de partidos que ha ganado las elecciones generales en Italia, ha dicho que "es hora de que se reconozca la victoria" en los comicios del centro-izquierda. Il Professore ha sentenciado que la "partida está cerrada".
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El probable sucesor de Silvio Berlusconi como primer ministro ha añadido que "es hora de que se cierre esta extraña comedia y que se vaya adelante", después de que el Ministerio del Interior redujera a sólo 5.266 el número de papeletas sobre las que hay dudas a qué candidato pertenecen. En todo caso, son insuficientes para cambiar el resultado de los comicios, ya que Prodi superó a Il Cavaliere por apenas 24.000 votos.
Prodi ha añadido: "Es necesario que nuestros adversarios políticos reconozcan sin incertidumbres la victoria de la coalición que tengo el honor de guiar".
El sábado el periódico Corriere della Sera publicará una carta de Berlusconi en la que afirma que "no hay vencedores ni vencidos", ya que ambas coaliciones han obtenido un número similar de votos.
Italia votó el domingo y el lunes para elegir primer ministro. El ajustado resultado en ambas cámaras llevó a Berlusconi a no admitir su derrota y a señalar que se había producido un fraude masivo, del que no aportó ninguna prueba. A la vez, ofreció un gobierno de coalición a Prodi, que éste rechazó.
El Ministerio del Interior erró
El Ministerio del Interior ha sellado definitivamente el resultado de las elecciones. Las reclamaciones sobre supuestas papeletas irregulares son 2.131 en el Congreso y 3.135 para el Senado, y no los más de 80.000 que pretendía el derrotado Berlusconi. El ministerio señaló que había cometido un error cuando inicialmente calculó que los votos dudosos para la Cámara Baja del Parlamento eran unos 43.000.
El todavía primer ministro llegó a pensar en dictar un decreto para revisar todos los votos o, al menos, aquellos objeto de reclamación, para retrasar lo más posible el traspaso de poderes al nuevo Gobierno.