Portugal vota 'sí' a despenalizar el aborto en un referéndum con alta abstención
El Gobierno socialista promete llevar la reforma al Parlamento, donde tiene mayoría absoluta
El "sí" a la despenalización del abortó en Portugal ha obtenido el 59,25% de los votos y la abstención, que convierte la consulta en no vinculante, alcanzó el 56,39%, tras concluir el escrutinio del referéndum celebrado este domingo. Sin embargo, el Gobierno socialista ha prometido que llevará la reforma al Parlamento, donde goza de mayoría absoluta.
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Los datos de la Secretaría Técnica de los Asuntos para el Proceso Electoral (STAPE) señalan que 2.238.053 millones de portugueses votaron "sí", frente a 1.539.078, el 40,75%, que mostraron su oposición a liberalizar el aborto en las 10 primeras semanas de gestación. Más de ocho millones de portugueses inscritos en 4.260 parroquias estaban convocados para ejercer su derecho el voto en el segundo referéndum que se celebraba en nueve años sobre el aborto.
La reforma se aprobará en el Parlamento
Antes de conocer los resultados definitivos, el primer ministro portugués, José Sócrates, se ha felicitado por la victoria del "sí" y ha ratificado que llevará su despenalización al Parlamento, donde tiene mayoría absoluta. El dirigente socialista ha puesto de relieve que la participación, en torno al 43%, según el recuento provisional, ha sido más alta que en el otro referéndum sobre la misma materia, celebrado en 1998 con una victoria del "no", y ahora "hay que respetar la voluntad expresada por los portugueses".
Aunque la abstención en la consulta no debe superar la mitad del electorado para que sea vinculante, Sócrates ha resaltado el "firme compromiso" y la "legitimación" que supone el voto afirmativo expresado en las urnas, que con el escrutinio por encima del 90% se acercaba al 59% de los votos. En una breve intervención pública Sócrates ha afirmado que, en cumplimento del mandato popular, el aborto "dejará de ser un crimen" en Portugal y se podrá practicar por la sola decisión de la mujer en las primeras 10 semanas de gestación.
La posiblidad de que la consulta no fuera vinculante por un respaldo inferior al estipulado por ley era una opción barajada por todos los partidos políticos, tanto los partidarios como los contrarios a la reforma. Pero el fantasma de la abstención se materializó ya con los primeros datos de afluencia a las urnas correspondientes a las cuatro de la tarde. A esa hora sólo el 31,31% de los portugueses había ejercido su derecho al voto. Los colegios electorales han abierto sus puertas a las ocho de la mañana (09.00, hora peninsular española) y han cerrado a las 19.00 (una hora más en España). En la región autónoma de las islas Azores, la votación ha terminado una hora después debido a la diferencia horaria.
El Gobierno enfrentado con la Iglesia
Tras once días de campaña supuestamente cívica pero politizada por las tomas de posición de algunos dirigentes y del propio gobierno, la votación ha mantenido en vilo a muchos portugueses, desde el primer ministro hasta los dirigentes de los partidos de la izquierda y de la derecha y a colectivos tan influyentes como la Iglesia o la profesión médica, cuyo código deontológico prohíbe el aborto.
El socialista Sócrates, que ganó las elecciones de 2005 con mayoría absoluta, ha sido el mayor defensor público de la despenalización del aborto, promovida por su partido. El primer ministro vivió a finales de 2006 un periodo de huelgas y protestas, llamativas para la habitual flema política lusa, por su política de reformas con la que quiere sanear el país y reactivar la economía. A su izquierda, los comunistas y el socialismo radical no dejan de echarle en cara que haya recurrido a un referéndum de resultado incierto para acabar con la actual legislación restrictiva del aborto, de 1984, cuando podía haberlo hecho con su mayoría parlamentaria.
Por la derecha, aunque el principal partido de la oposición, el Social Demócrata (PSD), no ha adoptado una postura oficial ante el referéndum, varios de sus dirigentes han dejado traslucir sus sensibilidades conservadoras contrarias al aborto. Tanto el PSD como el más derechista Partido Popular (CDS-PP), que sí hizo campaña en contra, han acosado a Sócrates y su política reformista.
La Iglesia Católica portuguesa, cuya doctrina alimenta los principales movimientos cívicos a favor del no, espera también evitar lo que considera un retroceso moral en uno de los países europeos donde aún se siente con más fuerza su influencia. En medio del alineamiento político y social a favor del sí o el no, la opción que ha demostrado no interesar a nadie es la abstención, ganadora de la consulta de 1998 con un resultado tan alto, el 68,06%, que la invalidó.