Una complejo sistema electoral para asegurar la justa representación de protestantes y católicos
El voto único transferible garantiza una rigurosa proporcionalidad entre sufragios y escaños
Madrid
Las elecciones en Irlanda del Norte se gobiernan con un complejo y casi exclusivo sistema electoral proporcional que busca asegurar la representación de las dos comunidades enfrentadas, católicos y protestantes. El voto único transferible -propio también de Irlanda y Malta- permite al votante elegir varias preferencias ordenadas de manera que se aprovechen los restos del candidato ganador.
En un sistema de voto único transferible, el votante designa a su candidato preferido en el número 1, y opcionalmente, puede elegir otras preferencias en orden descendente.
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El candidato que obtenga más votos y consiga superar una cuota mínima -resultado de dividir el total de votos válidos entre los siete condados administrativos- gana el escaño.
Los restos de voto de este candidato ganador, es decir, los votos que le sobran una vez superada la barrera de la cuota, se transfieren a las segundas opciones de los votantes.
En cada recuento, el candidato menos votado es eliminado y transfiere también sus votos a las segundas preferencias.
El procedimiento se repite hasta que los seis escaños en juego en cada circunscripción tienen dueño.
Parlamento representativo y fragmentado
El voto único transferible arroja parlamentos muy representativos del deseo de los votantes. El Sinn Feinn, por ejemplo, obtuvo en las elecciones de 2003 el 23.5% de los votos y un 22.2% de escaños.
Por el mismo motivo, son parlamentos muy fragmentados que tienen dificultades para formar gobiernos fuertes y estables.
En el caso concreto de Irlanda del Norte, el sistema electoral no será un obstáculo para formar Gobierno. El acuerdo de Viernes Santo de 1998 establece que el Ejecutivo debe estar compuesto por todos los partidos de acuerdo a su representación.