El deshielo del Artico puede impulsar el transporte internacional y la industria del crudo
Sin los hielos perpetuos se podría acceder a recursos hasta ahora intactos y acortar las grandes rutas de contenedores
Madrid
El deshielo del Ártico es un hecho comprobado, causado según todos los indicios por el calentamiento global, y podría traer consigo un efecto secundario poco estudiado. Y dado quelas rutas antes impenetrables ahora están abiertas gran parte del año, o podrán estarlo en un futuro, la industria del crudo o el transporte marítimo podrían vivir una revolución.
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"La disminución de las condiciones de mar helado en el océano Ártico está cambiando los ecosistemas, sobre todo para los osos polares", según un informe de la Comisión de Investigación del Ártico de EE UU, en un informe difundido la semana pasa. "Esto crea un acceso sin precedentes para los barcos que llevarán personas al norte, y recortará de forma significativa las rutas globales de transporte marinas", afirma el texto.
La diferencia en los costes es notable, según Mead Treadwell, el presidente de la comisión. El coste estimado de transportar un contenedor en un barco entre Europa y las islas Aleutianas en Alaska sería de unos 500 dólares, y llevar el mismo contenedor entre Europa y el puerto de Yokohama, a través del canal de Suez, cuesta actualmente unos 1.500 dólares.
El informe bienal debe establecer un rumbo para los próximos dos años, coincidiendo con una iniciativa científica mundial conocida como Año Polar Internacional. Debido a que el calentamiento global afecta a los polos más y antes que al resto del mundo, el año polar y el informe de la comisión se centra en el impacto del cambio climático, atribuido generalmente a las actividades humanas como la quema de combustibles fósiles.
Más allá del transporte marítimo, la menor capa de hielo facilita el acceso a la exploración y extracción de petróleo en el Ártico, que se cree que contiene alrededor del 25% de las reservas de petróleo y gas restantes en el mundo, siempre según dicho el informe, que también recuerda que alrededor de la mitad del pescado que se consume en Estados Unidos procede del mar de Bering, junto a la costa de Alaska.