Los candidatos franceses apelan al nacionalismo en la carrera presidencial
Sarkozy aumenta su ventaja tras los disturbios en el metro de París, según un sondeo
La campaña presidencial francesa está monopolizada los útlimos días por un asunto tradicional de la extrema derecha: cómo ser un buen francés. Los dos candidatos mejor colocados, el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal, están atrapados en una espiral patriótica que se adentra en un típico terreno del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen. Tras los disturbios del metro de París del miércoles, la estrategia parece beneficiar por ahora a Sarkozy.
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A medida que se acerca el 22 de abril, cuando se celebrará la primera vuelta de la elección presidencial, la batalla ideológica sobre la identidad francesa ha barrido de la mesa otros asuntos más mundanos.
Sarkozy lleva meses prometiendo la creación de im ministerio "de inmigración e identidad nacional" que requerirá a los recién llegados aceptar los valores seculares republicanos.
Ségolène Royal quiere que todo ciudadano francés sepa de memoria el himno francés, 'La Marsellesa', y guarde una bandera nacional en su casa para exhibirla en la Fiesta del 14 de julio.
El giro de la candidata socialista ha sido espectacular en los últimos días. "La izquierda no puede permitir que la derecha se apropie de los valores republicanos., repitió constantemente en una reciente gira de mítines por el sur de Francia, territorio tradicional de la derecha.
El candidato de la extrema derecha, el líder del Frente Nacional Jean-Marie Le Pen, se frota las manos y dice que la actitud de sus rivales valida su mensaje de "Francia para los franceses".
Bayrou se queda al margen
François Bayrou, el ascendente candidato del centro, ha permanecido al margen de lo que considera una "obsesión nacionalista".
La última encuesta, publicada esta mañana por el diario 'Le Parisien' le otorga el 19,5%, un ligero descenso desde que su candidatura se disparara hace un mes.
En cambio, parece que los disturbios del míércoles en la Estación del Norte de París entre inmigrantes jóvenes y antidisturbios, han beneficiado a Sarkozy. Obtiene un 26% frente al 24,5% de Royal.
Sarkozy, que dejó su puesto de ministro del Interior el lunes, reivindicó sus propuestas sobre inmigración y culpó a los inmigrantes por no querer integrarse. "No hay que tolerar la intolerancia", dijo.
La bandera en la cocina
A pesar de que Royal critica tal actitud, los últimos mítines socialistas se cierran siempre con 'La Marsellesa', un rito inédito en la izquierda.
En su gira por el sur de Francia, se dirigó a los asistentes con estas palabras: "En otros países, la gente coloca la bandera en las ventanas en su fiesta nacional".
Su marido, François Hollande, secretario general de los socialistas, aseguró que ellos tenían una bandera tricolor en su cocina.