La Guardia Civil encontró cuchillos, ropa robada y fajos de billetes en el coche de 'El Chino', pero no lo detuvieron
El terrorista trasladó supuestamente los explosivos desde Asturias a Madrid y, en el trayecto, fue multado, pero no detenido
Madrid
El juicio por el 11-M se ha reanudado hoy, lunes, con la declaración de dos guardias civiles que multaron al suicida Jamal Ahmidan, El Chino, cuando éste regresaba de Asturias a finales de febrero de 2003 de adquirir supuestamente los explosivos que se emplearon en los atentados de Madrid. El primero de los testigos ha reconocido que en la inspección del vehículo (un BMW) hallaron cuchillos en la guantera, fajos de dinero y ropa robada (con los marchamos electrónicos de seguridad). Sin embargo, los agentes no consideraron procedente detener al sospechoso.
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Uno de los guardias civiles, del cuartel de la localidad madrileña de Buitrago de Loyoza, ha declarado que el 5 de diciembre de 2003 dió el alto de madrugada a una persona que se identificó como Yussef Ben Salah, quien llevaba un vehículo BMW. En el maletero del coche localizaron dos maletas en las que portaba "ropa aún con las etiquetas y chivatos" que parecía "sustraída de El Corte Inglés", ha indicado.
Además de las maletas con ropa, localizaron en el auto "tres cuchillos y una maza", ha indicado el agente que ha precisado que esta última "era artesana, de las que hacen daño". Llevaba también "un fajo de billetes de 50 euros del grosor de un dedo".
Los agentes no pudieron comprobar la identidad de El Chino. "Al no tener NIE no podíamos identificarle", ha declarado el agente, refiriéndose al Número de Identidad de Extranjeros. El interrogado ha afirmado que una vez se produjeron los atentados del 11 de marzo de 2004 identificaron a esta persona como Jamal Ahmidan, alias El Chino, uno de los terroristas que después se suicidaron en Leganés.
A continuación ha declarado un compañero del agente que ha corroborado la declaración de éste y ha explicado que los cuchillos "superaban las dimensiones legales". "Nos dijo que eramos unos racistas y nos íbamos a enterar", ha añadido; y ha reiterado que cursaron las denuncias oportunas contra el conductor del automóvil.
El hermanastro de Zougam
El hermanastro de Jamal Zougam — uno de los acusados de la autoría material de los atentados y para quien la Fiscalía solicita una pena de 38.654 años de prisión— ha declarado esta tarde, a preguntas del abogado defensor del procesado, José Luis Abascal, que éste estaba durmiendo a las diez menos cuarto de la mañana del 11 de marzo de 2004.
Mohamed Chaoui ha indicado que ambos ocupaban la misma habitación en la casa de sus padres y que aquella mañana se despertó a esa hora. "Me levanté y él [por Zougam]estaba durmiendo conmigo", dijo. Añadió que Zougam se despertó aproximadamente a las 10 de la mañana y que esperó a que él saliera de la ducha para arreglarse antes de acudir a trabajar.
El testigo añadió que su hermano "nunca" le comunicó que fuera seguidor de doctrinas islamistas de tipo radical ni defendió ante él la comisión de atentados por la intervención extranjera en Irak o la perpetración de actos relacionados con la yihad, guerra islámica.
La noche previa a los atentados Zougam llegó a la vivienda sobre las once de la noche, indicó. Agregó que solía acudir después de salir del locutorio que regentaban junto a un gimnasio que permanecía abierto las 24 horas. También a preguntas de Abascal, Chaoui dijo que durante el registro de la vivienda paterna posterior a la detención de su hermano, la Policía se incautó una cantidad de dinero, 7.000 euros, que permanecía guardada en la habitación de la madre. El dinero les fue devuelto recientemente, casi tres años después de la masacre, denunció.
Hermanastro de Zougam: "A las diez menos cuarto me levanté y estaba durmiendo a mi lado"
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