El G-8 logra un acuerdo de matices sobre el cambio climático, pero es más de lo que se esperaba

Los países europeos del G-8 (Alemania, Reino Unido, Francia e Italia), Canadá y Japón han llegado a un acuerdo para negociar durante los próximos meses un "acuerdo que considere seriamente" la reducción a la mitad de las emisiones de gases contaminantes antes del año 2050. Estados Unidos y Rusia se han apartado de momento de este acuerdo aunque el Gobierno de Bush ha dicho que sí está dispuesto a hablar del tema siempre que sea en el marco de Naciones Unidas.

Es un acuerdo de matices. Los siete países más industrializados y Rusia han llegado al compromiso en Alemania de negociar un acuerdo post-Kioto, según reza el comunicado, en el marco de la ONU, auspicio que hasta ayer mismo ni Rusia, ni EEUU admitían.

Este era uno de los objetivos que perseguía la Unión Europea, Japón y Canadá, a través de la propuesta de Merkel, que no ha dudado en calificar el acuerdo de "gran éxito", porque aunque el acuerdo es menos ambicioso que lo que proponía sí es un salto respecto a lo que se esperaba. "Hemos allanado el camino para que en la reunión de Bali los ministros de Medio Ambiente puedan empezar a negociar", aseguró la anfitriona de la cumbre de Heiligendamm.

Interpretaciones

La interpretación de los resultados de la cumbre varía según las delegaciones, al no existir todavía un texto escrito. Sin embargo, los países europeos consideran que se ha avanzado al aceptar una negociación bajo el paraguas de las Naciones Unidas y sobre una cifra de reducción (el 50% hasta 2050), que ni EEUU ni Rusia aceptaban antes.

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El presidente norteamericano se había negado a establecer un objetivo firme para los recortes necesarios para combatir el peligroso cambio climático. Bush, que desveló la semana pasada su propio plan para reducir las emisiones más allá de 2012, consideraba que era demasiado pronto para fijar objetivos numéricos.

Estados Unidos es el único país del G-8 que se ha salido del Protocolo de Kioto de la ONU, que fija recortes en los gases con efecto invernadero en vigor hasta 2012.