Bush y el Papa confrontan en el Vaticano sus diferencias sobre la guerra de Irak

Roma

El Papa Benedicto XVI ha pedido al presidente de EE UU, George W. Bush que impulse una "solución dialogada" a los conflictos que "desgarran" Oriente Próximo y ha mostrado su "preocupación" por la situación en Irak y por las "críticas condiciones" en las que se encuentra la comunidad cristiana en ese país. Bush ha llegado a Roma procedente de Polonia en una escala más de su gira europea. Aunque discrepa con el Papa acerca de la guerra de Irak, comparte con el Pontífice un acuerdo de fondo en cuestiones de moral católica como la oposición al aborto. A primera hora de la tarde Bush tiene previsto entrevistarse con el primer ministro italiano, Romano Prodi.

En la que ha sido la primera reunión entre el Papa y Bush, el diálogo se ha prolongado por espacio de 35 minutos en el despacho privado del Pontífice, en el palacion apostólico. El presidente de EE UU ha informado a Ratzinger de que la cumbre del G-8 ha sido "un éxito". "Ha habido muchas opiniones diferentes, pero ha estado bien", le ha dicho Bush al Papa.

El presidente de EE UU y el pontífice, de 80 años, comparten puntos de vista en cuestiones de moralidad católica, tales como el aborto la eutanasia, pero están divididos sobre la guerra de Irak, que el predecesor de Benedicto XVI, Juan Pablo II, trató de evitar.

El pasado día uno de junio, Bush declaró a un periódico italiano que su intención era "principalmente, escuchar" al Papa. También dijo que estaba ansioso por conversar sobre los cambios registrados en China y el futuro de una Cuba sin Castro.

Bush se salta el protocolo

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El presidente de EEUU, George W. Bush, se confundió hoy al llamar "Señor" en lugar de "Su Santidad" al Papa Benedicto XVI, como establece el protocolo.

"Estoy contento de estar con usted, Señor", dijo Bush al ser recibido por el Papa en unas palabras que escucharon los fotógrafos y periodistas a los que se permitió brevemente entrar a la Biblioteca Privada del Papa, donde tuvo lugar el encuentro.

La confusión protocolaria estuvo precedida por un pequeño incidente cuando la limusina en la que viajaban Bush y su esposa Laura hacia el Vaticano sufrió un problema mecánico y se detuvo unos instantes, sin que ello afectara al dispositivo de seguridad.

Bush ha llegado a la capital italiana a bordo del Air Force One, el avión presidencial, después de una parada de tres horas en Polonia, donde ha realizado una declaración conjunta con su colega polaco, Lech Kaczynski. El mandatario estadounidense ha dicho que su país negociará un acuerdo con Polonia sobre el despliegue de interceptores como parte un sistema antimisiles en ese país, a pesar de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, le ha propuesto no ubicarlos allí.

El presidente de EE UU ha manifestado así su voluntad de continuar con el plan de desplegar el escudo antimisiles, que contará con un radar en la República Checa, pese a que Putin le propuso ayer no construir esas instalaciones en Europa del Este. En su lugar, Putin ofreció personalmente a Bush en una entrevista el uso de un radar ya existente en Azerbaiyán.