El Ejército paquistaní se hace con el control total de la Mezquita Roja con un saldo de casi 300 muertos
Según los servicios de inteligencia pakistaníes se han retirado al menos 286 cadáveres
Las tropas paquistaníes han completado el asalto a la Mezquita Roja de Islamabad y han acabado con los últimos focos de resistencia a primeras horas de esta tarde, según los servicios de inteligencia paquistaníes, al menos 286 cadáveres han sido retirados del recinto. De este modo se da por concluida la operación militar iniciada en la madrugada del lunes al martes para acabar con la revuelta de centenares de estudiantes fundamentalistas que, encabezados por dos clérigos radicales, los hermanos Ghazi, pedían la aplicación de la sharía (ley islámica) en todo el país. En el recinto del templo tenían en su poder a más de 300 personas como rehenes desde el pasado 3 de julio.
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"La primera fase de la operación militar, cuyo objetivo era limpiar la zona de militantes fundamentalistas, está terminada", ha asegurado el portavoz militar, el general Waheed Arshad. "La segunda fase está apunto de empezar. Consiste en registrar la zona y retirar todas las granadas que no hayan explotado así como posibles bombas trampa", ha añadido.
El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, ordenó el asalto al templo después del fracaso de las negociaciones con el cabecilla de la revuelta, Abdul Rashid Ghazi. El otro líder de la insurrección, Abdul Aziz Ghazi, fue detenido el miércoles cuando trataba de escapar de la mezquita disfrazado con un burka. Rashid Ghazi, que murió ayer en los combates, llegó a asegurar que disponía de más de 1.800 hombres armados y que preferían morir a entregarse.
Fosas para los cientos de muertos
Cientos de trabajadores están cavando fosas para sepultar los cadáveres antes del alba, mantuvo la fuente, que pidió el anonimato, y añadió que el Gobierno pretende de este modo ocultar la matanza ocurrida en la mezquita.
El Ejército, que asaltó ayer, martes, el recinto religioso, informó de diez bajas entre sus filas y unas 70 entre los radicales atrincherados en la mezquita.
Un desafío de consecuencias imprevisibles
Antes del asalto, las autoridades habían acusado a los radicales, algunos presuntamente relacionados con Al Qaeda, de retener a entre 300 y 400 personas, entre ellas mujeres y niños, y de usarlas como escudos humanos. De momento, desde que empezó el asalto han liberado a cerca de 60 rehenes. La rebelión de los estudiantes radicales de la Mezquita Roja ha supuesto un auténtico desafío para el presidente Musharraf, aliado de Estados Unidos en la "guerra contra el terrorismo".
El presidente dirigirá un discurso a la nación el jueves a fin de explicar "una nueva estrategia para combatir el extremismo y el terrorismo", ha indicado un consejero presidencial. Los analistas internacionales señalan que el riesgo de nuevos disturbios es alto después del "martirio" de los radicales muertos en la mezquita. La oposición al régimen de Musharraf, reunida en Londres, ha asegurado que el asalto tendrá consecuencias imprevisibles y que va dar alas a los extremistas.